Por José Manzaneda
Tomado de La pupila insomne
Tomado de La pupila insomne
La
reciente medida del Gobierno cubano de suprimir el permiso de salida
para viajar al exterior de la Isla es, sin duda, algo que era deseado
por la mayoría de la población cubana (1). Y un paso positivo que
eliminará obstáculos administrativos y agilizará el tiempo de
tramitación para viajar fuera de Cuba.
Pero ¿era el
citado permiso de salida del Gobierno cubano lo que impedía viajar a la
población cubana, tal como dan a entender los grandes medios
internacionales? Y por tanto ¿ésta podrá ahora viajar rápidamente y sin
problemas, aún pudiendo costear su billete y estancia? En absoluto.
La corresponsal en La Habana del canal público Televisión Española, Sagrario García Mascaraque,
nos decía lo siguiente: “(Ésta) es la reforma mas ansiada por todos los
cubanos desde hace muchísimo tiempo, angustiados por los lentos y
costosos trámites para lograr un permiso de salida del país que no
siempre llegaba” (2).
Su mensaje es claro: era el Gobierno
cubano quien impedía la salida del país a su población, mediante
obstáculos burocráticos y negativas arbitrarias. Para sostener este idea
falsa, la periodista debe ocultar lo verdaderamente esencial: que la
población cubana no ha podido viajar al exterior a pesar de haber
obtenido, en la inmensa mayoría de los casos, el permiso de salida,
debido a que los países de recepción le han negado la correspondiente
visa de entrada (3). Y esta situación no va a variar con la reforma
migratoria cubana. Es más, se prevé que –para frenar las expectativas de
viajar o emigrar que genere esta reforma- los cupos de entrada a España y a otros estados del Norte se restringirán aún más.
“A partir del 14 de enero solo necesitarán un pasaporte en vigor y el visado del país de destino”: la periodista de Televisión Española
nos remarca que, ahora, para salir del país, “solo” se necesitará el
visado en destino, como si su obtención fuera un mero trámite, y no
existiera una política de negativa sistemática y masiva de visas por
parte, por ejemplo, del Gobierno de España. Mientras la corresponsal
remarca “los lentos y costosos trámites” por la parte cubana, silencia
el via crucis burocrático de cientos de cubanos y cubanas en el
Consulado español en La Habana: colas interminables, meses de trámites,
elevadas tasas por cada gestión y silencios administrativos que, en la
mayoría de los casos, acaban en una negativa con la frase “posible
migrante”.
Pero este aspecto esencial para que la audiencia entienda el problema, es silenciado por Televisión Española y el resto de grandes medios, interesados en culpabilizar al Gobierno cubano.
La corresponsal de Televisión Española,
además, realizaba una afirmación increíble en alguien que lleva cuatro
años residiendo en Cuba: “(Hasta ahora), había muchas limitaciones y
aquellos que querían abandonar la Isla eran tachados de traidores”. Un
mensaje que es un cliché obsoleto, quizá real hasta los años 80, pero
que no tiene nada que ver con el presente.
El Gobierno cubano ha
reconocido públicamente, en repetidas ocasiones, el papel de la
emigración cubana en la construcción del país, y su carácter económico y
no político, similar a la de otros países de la región (4). Las
palabras del presidente Raúl Castro sobre la población emigrada están
bien lejos del concepto de “traidores” mencionado por Televisión
Española:
“Hoy los emigrados cubanos, en su aplastante mayoría, lo son
por razones económicas. Este sensible asunto ha sido objeto de
manipulación política y mediática durante largos años, en el propósito
de denigrar a la Revolución y enemistarla con los cubanos que viven en
el extranjero. Lo cierto es que casi todos preservan su amor por la
familia y la patria que los vio nacer, y manifiestan, de diferentes
formas, solidaridad con sus compatriotas” (5).
El Gobierno cubano tiene relaciones
normalizadas con decenas de colectivos de la emigración. Y contra todos
los clichés mediáticos, que asocian emigración cubana con exilio
político, existe un número creciente de asociaciones de migrantes que
apoyan explícitamente a la Revolución cubana (6). Este 20 de octubre se
celebra en Madrid, por ejemplo, el Encuentro de Cubanos y cubanas
residentes en Europa (7). ¿Cubrirá Televisión Española este evento?
¿Informará de la existencia de miles de migrantes cubanos con posiciones
diametralmente contrarias a la de la llamada “disidencia” aliada de
EEUU? ¿O lo silenciará de la misma manera que silencia la
responsabilidad del Gobierno español en la prohibición de viajar a la
ciudadanía de Cuba y de tantos otros países del Sur?
*Coordinador de Cubainformación
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