El pasado 25 de septiembre, en Madrid, la policía española reprimía con gran violencia a manifestantes que
rodeaban el Parlamento en protesta contra los recortes sociales del
Gobierno (1). Varios videos demuestran con claridad la presencia de
agentes infiltrados en el lugar y momento exacto en que se desató la
primera intervención de la policía (2).
Desde hace
años, los grandes medios internacionales persiguen sin descanso obtener
alguna imagen similar de represión violenta en Cuba. El
pasado 26 de septiembre, por ejemplo, medios de Miami informaban de una
supuesta paliza de la policía cubana a varios miembros de una familia
en la localidad de Bejucal, dentro de su propio domicilio (3).
En un video casero, grabado con teléfono
celular desde el interior de la citada vivienda, se ve a un policía que
llega en bicicleta a la casa y trata de entregar una citación judicial
(4). La persona requerida, sin abrir la puerta, le pregunta por el
motivo de la citación. El policía le responde, con voz tranquila y
apática, que no tiene la menor información sobre el asunto. Tras un
rótulo que indica “Minutos más tarde”, dos personas de la vivienda
aparecen con la cara ensangrentada. Una de ellas llama “asesino” al
Gobierno cubano por una supuesta paliza de la policía, de la que no hay
imagen alguna. Esta persona, además, denuncia haber sido golpeada por
ser “opositor” y por estar “luchando contra los abusos (del Gobierno)”.
Finalmente, advierte de que “la opinión pública” va a conocer lo
ocurrido.
No hay ni una sola imagen, ni un solo sonido de la supuesta “golpiza” policial. Pero esto no impide a los medios de Miami reconstruir los hechos. Televisión Martí
abría así su informativo: “Un video grabado en la Isla denuncia en
imágenes el más reciente caso de abuso y violencia policial cometido por
las autoridades castristas contra un opositor. (…) Golpiza y
destrucción parcial de su vivienda: ése es el precio que han tenido que
pagar O. R. y su familia. El delito cometido: hacer oposición pacífica a
un gobierno que no permite el disenso político” (5).
El periódico El Nuevo Herald –socio comercial del diario español El País-
aseguraba que “un video casero puso en evidencia una vez más el grado
de violencia indiscriminada de la policía cubana contra la disidencia
interna en la Isla” (6). Y añadía que “la grabación registra la
destrucción de la vivienda de los Rodríguez, incluyendo la puerta
principal, que fue derribada a patadas por los encolerizados agentes”.
Pero en el video no se ve absolutamente nada de esto: ni el derribo de
una puerta, ni a los “encolerizados agentes”. Solo a una persona con el
rostro manchado –supuestamente- con su propia sangre.
Recordemos que el Gobierno de EEUU, en el año 2011, a través solo de dos agencias -la USAID (7) y la NED (8)- ha destinado cerca de 22 millones a financiar a personas y grupos de la llamada “disidencia” cubana. Uno de ellos es Hablemos Press,
una supuesta agencia de noticias “independiente” que habría facilitado
el video a los medios de Miami. Entre éstos, el primero en emitir el
material fue Televisión Martí, un canal estatal financiado con cerca de
30 millones de dólares anuales por el presupuesto federal de EEUU (9).
Lo cierto es que la “disidencia” cubana
tiene un largo historial de shows y montajes mediáticos (10). El último,
hace apenas una semana, la huelga de hambre de ocho días encabezada por la “disidente” Marta Beatriz Roque, que fue sorprendida por una cámara oculta recibiendo alimentos durante su supuesto ayuno (11).
Mientras, en la rica y privilegiada
Europa, miles de personas continúan manifestándose contra las
aberraciones e injusticias sociales del sistema capitalista. Y de las
palizas y la brutalidad de la policía, aquí sí, no hay la menor duda
razonable.
*Coordinador de Cubainformación
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