Por Sergio Rivero Carrasco
Los juristas
cubanos celebran su día cada ocho de junio
y su origen se enmarca en esa fecha porque en 1865 el insigne patriota
camagüeyano Ignacio Agramonte y Loynaz, defendió exitosamente su tesis de grado
para recibirse como Licenciado en Derecho Civil y Canónico, quien fue un activo
participante en la redacción del histórico documento que fue la Constitución de
la República de Cuba en Armas, acontecimiento que tuvo lugar en Guáimaro,
provincia de Camagüey.
El calificativo de
“El Mayor”, con el que se calificaba a Agramonte, se le atribuye por los
múltiples méritos ganados en el campo de batalla en el enfrentamiento al
enemigo español para lograr la libertad de la patria, por lo que esta fecha
escogida para el homenaje al sector jurídico se justifica plenamente porque los
trabajadores de este segmento de la sociedad cubana goza de la autoridad y el
prestigio y reconocimiento de nuestro pueblo por los méritos ganados en la
defensa de la justicia revolucionaria.
Defender a capa
y espada la justicia conquistada por nuestro pueblo tras el triunfo de la
Revolución cubana, en enero de 1959, constituye el objeto social de los
trabajadores del sector jurídico, que siguen con fidelidad la tradición de la
jurisprudencia en nuestro país a lo largo del tiempo.
Tenemos incontables ejemplos de los juristas cubanos en el protagonismo de brillantes
aportes, desde su profesión, a los objetivos supremos de la libertad
y la justicia conquistadas en la lucha por la libertad e independencia de la
Patria. Tal vez el mejor ejemplo lo encontremos en La Historia me Absolverá,
aquel histórico alegato pronunciado por el joven abogado Fidel Castro Ruz,
devenido plataforma programática para la lucha contra la tiranía de Batista.Tenemos incontables ejemplos de los juristas cubanos en el protagonismo de brillantes
Cada ocho de junio en nuestro país, la celebración del Día del Trabajador Jurídico deviene jornada de ratificación del compromiso de elevar la justicia tan alta como las palmas y, a la vez, de defender tanta justicia conquistada, este año estimulados por la aprobación por parte del pueblo de la Nueva Constitución de la República, más visionaria, profunda y atemperada a los nuevos tiempos, que dará respuesta a la proyección del desarrollo del país en el programa hasta el 2013 y más.
Hoy es un día de
reconocimiento y recordación. No podemos dejar de mencionar a Rafael Acanda
Abascal, aún joven abogado, quien devino paradigma para los trabajadores del
sector en la Isla y hace apenas dos meses ya no se encuentra con nosotros; el
reconocimiento para las instituciones vinculadas al sector y a los cientos de
profesionales y trabajadores que en cada una de las instituciones velan por el
cumplimiento de la legalidad como garantía de las buenas prácticas que necesita
el país en el ejercicio del derecho en la administración, la economía y la
sociedad.
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