Por
Sergio I. Rivero Carrasco
Hoy hablamos de música,
alegría, realización espiritual y social identificados con un hombre leal,
íntegro, honesto, fiel y entrañablemente amado. Estamos hablando de ese hombre
negro que salió de la más humilde familia, se incorporó a las filas del
Movimiento 26 de Julio, asaltó el Moncada, desembarcó en el Granma, integró el
Ejército Rebelde, lideró el III Frente Oriental Dr. Mario Muñoz Monroy en la
guerra de liberación y desde los primeros años del triunfo cumplió disímiles
responsabilidades militares, hasta ser uno de los tres el título de Comandante
de la Revolución, Diputado al Parlamento por la provincia Santiago de Cuba e
integrante del Consejo de Estado, sin que la dureza de la vida y las batallas cotidianas
impidieran que aflorara como manantial inagotable su musa de escritor con más
de 10 obras y 300 composiciones como creador musical.
Ese hombre nos entregó hasta
su último aliento, demostró lo que un padre puede hacer por sus hijos como bien
expresa su más pequeño Juan Guillermo: “enseñándoles
la grandeza de ser humildes, de tener el coraje de los que nunca se rinden…”
y así calar con su prédica y amor en sus vidas hasta convertirse en su
verdadero Héroe. Sí, ese héroe que abrazó a Fidel con el manto de la lealtad, y
el trino de sus mejores acordes desde las entrañas de la cultura nacional, con
la belleza y simbolismo que atrapa. Sus palabras hacia el líder también lo
mantienen vivo en su pueblo: “Fidel, es
de la única persona que hablo con adjetivos y superlativos (…) Cada siglo tiene su hombre que lo marca
en la historia, el siglo XX es el de Fidel. (…) No acostumbro a identificarlo con sus
apellidos, los digo por el amor, el cariño y el afecto que siempre tuvo por sus
padres”.
Hablamos de Juan Almeida
Bosque, ese hombre que nos enseñó la máxima que se mantiene como principio ante
cada momento frente a las constantes agresiones imperialistas contra nuestro
país: “¡Aquí no se rinde nadie…”! que
borró del diccionario de los cubanos la palabra rendición o derrota, que para
Fidel “siempre fue un hombre de
principios de justicia y de profundos valores y convicciones revolucionarias”.
A
diez año de su triste deceso el 11 de septiembre del 2009 con 82 años, aún
brotan las lágrimas al recordarlo; no es propósito esbozar su fecunda biografía,
pero sí los valores, su obra y la huella dejada en cada cubano. Un hijo de este
pueblo extremadamente sencillo y austero, diligente y valiente; intrépido, sagaz
e inteligente. Un cubano rellollo, del que Raúl dijo que “era el combatiente que más se parecía a Maceo”, por lo cual se
ruborizó por no creer que poseía esas cualidades. El Comandante de la Revolución Juan Almeida Bosque recibió los
honores de toda Cuba, pero se mantiene vivo
en nuestros corazones como
como una de las personalidades imperecederas de la Revolución que en esta
tierra se ama y evoca como un hijo entrañable de la Patria.
Video
de la canción “Mi querido viejo” de JG a su padre
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