Dos posiciones, una que parece tener su brújula en el Norte y otra
que prefiere mirar al Sur, se encuentran hoy en la OEA durante el debate
que tiene lugar en torno al caso de Julian Assange.
Mientras algunos países respaldan a Ecuador y se unen en exigirle al
Reino Unido “ajustarse al derecho internacional” en torno a la
“inviolabilidad” de la sede diplomática ecuatoriana en Londres, otros
apuestan a respaldar a Estados Unidos y Canadá, que descalifican a la OEA como espacio de discusión del diferendo y lo circunscriben a un “asunto bilateral”.