Por Ashley Smith
Socialist Worker
Socialist Worker
Tomado de Cubadebate
Ashley Smith explica qué hay detrás de los giros políticos de
Amnistía Internacional. Traducido del inglés para Rebelión por Christine
Lewis Carroll
La mayoría de la gente asocia Amnistía Internacional con la lucha
contra la tortura, la pena de muerte y por la liberación de los presos
políticos. Además de estas campañas importantes, durante la última
década se ha opuesto a la guerra de Iraq y ha exigido el cierre del
campo de concentración estadounidense situado en la Bahía de Guantánamo
(Cuba).
Así que los activistas en contra de la guerra se escandalizaron
cuando, durante la cumbre de la OTAN de mayo pasado, Amnistía
Internacional USA embadurnó las paradas de autobús de Chicago con
carteles que reclamaban “Derechos Humanos para mujeres y niñas en
Afganistán: ¡que la OTAN siga con el progreso!”.
Peor todavía, Amnistía Internacional USA celebró una “cumbre en la
sombra” e invitó a Madeleine Albright, la tristemente célebre Secretaria
de Estado de Bill Clinton, entre otras cosas por su respuesta
escalofriante a una pregunta efectuada en 60 Minutes [prog r ama
televisivo de la CBS ] sobre las sanciones impuestas a Iraq en los años
90. La corresponsal Lesley S tahl preguntó “Hemos oído que ha muerto
medio millón de niños, más que en Hiroshima. ¿Vale la pena este precio?
Albright contestó ” Creo que es una elección muy difícil, pero creemos
que vale la pena este precio”.
Con esta auténtica criminal de guerra como uno de sus ponentes
estrella, la cumbre en la sombra de Amnistía Internacional USA lanzó una
campaña que a todas luces hacía un llamamiento a la ampliación de las
“buenas obras” de la OTAN en Afganistán. Sus ponentes y material
promocional reciclaron la justificación ‘feminista’ de George Bush por
la invasión y ocupación: que la OTAN liberaría a las mujeres de la
dominación talibana .
Amnistía Internacional USA alegó en “Una carta abierta a los Presidentes Obama y Karzai” (1) “T res millones de niñas van hoy a la escuela
cuando prácticamente ninguna lo hacía bajo la dominación talibana . Las
mujeres representan el 20% de los graduados universitarios. La
mortalidad infantil y durante el parto ha descendido. Un 10% de todos
los jueces y fiscales son mujeres cuando no había ninguna bajo el
régimen talibán. Esto es lo que significa el progreso: los logros por
los que han luchado las mujeres en la última década.”
La propaganda de la OTAN (2) afirmaba : “Durante los diez años de
nuestra asociación, la vida de los hombres , mujeres y niños afganos ha
mejorado sensiblemente en cuanto a seguridad, educación, sanidad,
oportunidades económicas y fortalecimiento de derechos y libertades. Hay
que hacer más pero estamos decididos a trabajar juntos para conservar
el progreso considerable que hemos conseguido durante la última década. ”
No hay diferencia.
La verdad sobre las mujeres bajo la ocupación de la OTAN
Tales alegaciones son ridículas. La ocupación de Afganistán por parte
de la OTAN ha impl icado un reino del terror en todo el país, al
sembrar represión, hacer estallar bombas en las bodas y apuntalar al
Presidente títere Hamid Karzai y su r égimen corrupto.
Incluso The New York Times reconoce que ha habido poco progreso. Un
editorial (3) informa ba : “Según el Banco Mundial, se estima que el 97%
de los 15.700 millones de dólares de l producto nacional bruto de
Afganistán procede de la ayuda militar y al desarrollo y del consumo
realizado por las tropas extranjeras en el país”.
Cualquier alegación por parte de los funcionarios estadounidenses o
de la OTAN sobre la mejora de condiciones de los afganos debe infundir
profundas sospechas. En la declaración más reciente sobre las mentiras
en torno al desarrollo, una investigación realizada por el Congreso
reveló que el hospital de Dawood, financiado por Estados Unidos,
atendía a los pacientes en “condiciones similares a Auschwitz”. Según
Democracy Now! (4):
” Los informantes del ejército divulgaron fotografía s tomadas en
2010 donde se ven pacientes hambrientos gravemente descuidados en el
hospital de Dawood, considerado la joya de la co rona del sistema médico
afgano y donde se trata al personal militar del país. La s fotos mues
tran a pacientes muy demacrados, algunos con gangrena y heridas
infestadas de gusanos.”
Las condiciones de las mujeres en Afganistán no son excepción en este
sentido. Ni la OTAN ni el régimen de Karzai han hecho progresar los
derechos de las mujeres. Karzai sancionó legislación que permitía que
los maridos obligar an a sus mujeres a tener relaciones sexuales y
privarles de la comida. Sonali Kolharkar, fundador a de la Afgan Women
’s Mission , y Mariam Rawi, de la Revolutionary Association of Women ,
escribieron (5):
Bajo los talibanes, se recluía a las mujeres en sus hogares. No
podían trabajar ni asistir a la escuela. Eran pobres y sin derechos. No
tenían acceso a agua limpia ni atención médica y se les sometía a
matrimonios forzosos, a menudo siendo niñas. Hoy, la mayoría de las
mujeres afganas vive en las mismas condiciones, con una diferencia
significativa: viven en un entorno de guerra.
Después de una década de ocupación militar, la esperanza de vida
media de las mujeres afganas es de 51 años. El país ocupa el último
lugar tanto en mortalidad infantil como durante el parto. UNICEF informa
que el 68% de los niños por debajo de la edad de cinco años padece
malnutrición.
Desde la llegada de Obama, las condiciones de las mujeres no sólo no
han mejorado , sino que han empeorado dramáticamente. “La guerra pone en
peligro su vida y la de sus familias. No les ha traído derechos ni
dentro ni fuera del hogar y les encarcela en sus propios hogares.
Es por esto que Malalai Joya, ex miembro del parlamento afgano,
argumenta que lo mejor que Estados Unidos y la OTAN pueden hacer es
salir de su país. Declaró en el transcurso de una manifestación contra
la cumbre de la OTAN (6):
“Tenemos muchos problemas en Afganistán: fundamentalismo, señores de
la guerra, talibanes. Pero podremos solucionarlos mejor si disfrutamos
de autodeterminación, libertad e independencia. Las bombas de la OTAN no
traerán nunca la democracia y la justicia a Afganistán ni a ningún otro
país. ”
Control de daños
A consecuencia de las crítica s recibidas por el cartel de Am nistía
Internacional USA y la cumbre en la sombra, la organización emitió una
declaración aclaratoria en su sitio web (7): “Lo hemos entendido.”
Reconoció que el cartel era confuso, sobre todo cuando se disponían
miles de opositores a manifestarse en contra de la ocupación de
Afganistán por parte de la OTAN.
Pero no está nada claro que Amnistía Internacional USA lo ha entendido.
La organización afirma: “No hacemos un llamamiento a la OTAN para que
se quede en el país”. Pero en la supuesta retractación reitera todos
los mitos sobre el progreso de las mujeres bajo la ocupación de la OTAN y
exige a ésta que implemente un proceso de paz y un acuerdo de posguerra
que haga progresar la igualdad de las mujeres. El hecho de contar con
la OTA N para jugar un papel feminista en unas conversaciones de paz es
como esperar que un pirómano se haga bombero.
La declaración de Amnistía Internacional USA fue una estratagema de
relaciones públicas para desviar la atención de lo que reveló el cartel
en un desliz freudiano político: que Amnistía Internacional apoya la
ocupación de la OTAN en la esperanza de que la alianza militar de los
gobiernos mundiales más pode rosos juegue un papel progresista en
Afganistán.
La verdad es que mientras Amnistía Internacional USA continúa con su
trabajo progresista en algunas áreas -lo que incluye la publicación de
un importante informe crítico con la guerra de la OTAN en Libia y la
consiguiente violación de derechos humanos (8)- parece adecuar sus
campañas internacionales de derechos humanos a la agenda de política
exterior del gobierno de Obama.
Como ejemplo, Amnistía Internacional USA fue en otros momentos
implacable en sus críticas del campo de prisioneros estadounidense en
Guantánamo, lugar de detención selectiva de prisioneros de la guerra
“contra el terror”. La ex Secretaria General de Amnistía Internacional
Irene Khan lo llamó el “gulag de nuestros tiempos” y describió a los
Estados Unidos como “un hiperpoder económico, militar y política sin
rival” que “desprecia el estado de derecho y los derechos humanos”.
Pero durante la cumbre en la sombra de Amnistía Internacional en
Chicago, Jodie Evans, la cofundadora de Code Pink [un grupo
antibelicista compuesto mayoritariamente por mujeres] declaró (9) que la
actividad para cer rar Guantánamo estaba paralizada . Apoyada por una
delegaci ón de activistas antibelicistas, alegó “He defendido a Amnistía
Internacional desde hace 10 años en su lucha para exigir el fin de la
tortura y el cierre de Guantánamo, pero ahora se ha despedido al
personal que trabajaba en este proyecto, lo que constituye una tragedia
“.
En su reunión general celebrada en el mes de marzo en Denver ,
Amnistía Internacional USA invitó al e mbajador de Siria , Robert Ford,
quien había trabajado anteriormente a las órdenes del e mbajador
estadounidense en Iraq , John Negroponte , durante el periodo más brutal
de la ocupación estadounidense de Iraq.
Negroponte se hizo famoso durante las guerras sucias llevadas a cabo
por Washington en A mérica Central en los años 80 por respaldar los
escuadrones de la muerte que operaban en contra de las fuerzas de la
izquierda . Luego en Iraq, Negroponte y Ford tuvieron el mismo cometido
al implementar la llamada Salvador Option [opción salvadoreña] que
respaldaba a los paramilitares sectarios con el fin de reprimir a la
resistencia iraquí. Su trabajo desencadenó la guerra civil en Iraq.
Cualquiera que defienda la J usticia apoya la lucha legítima contra
Bashir al-Assad y su régimen brutal. Pero a Ford, durante su breve
mandato como embajador antes de que lo cesaran , se le acusó de crear
fuerzas colaboracionistas con el fin de servir como títeres de E stados
Unidos en una Siria post Assad, algo que parece en línea con su
historial en Iraq y con los objetivos estadounidenses en Siria. No
obstant e, Amnistía Internacional le cedió a este portavoz de la
política imperialista estadounidense el momento estelar en la reunión.
La campaña de Amnistía Internacional USA en apoyo de un tratado
global para restringir el comercio de pequeñas armas plantea las mismas
preguntas. Brendan O’Neill, editor del sitio web Spike d escribió (10):
“La demanda de un tratado que impediría a los países occidentales de
vender armas a naciones en estado de desamparo suena radical. Pero en
realidad, lo que pide Amnistía Internacional es la concentración de
armas en manos de las naciones poderosas y supuestamente merecedoras de
confianza y que dichas naciones jueguen el papel de gobernadores
globales de guerra y paz al permitir el flujo de armas a algunas
naciones y no a otras. No hay nada ni remotamente radical en pedir a
Washington y sus compinches occidentales que decidan quiénes pueden y
quiénes no pueden emprender guerras. ”
Un golpe de estado en Amnistía Internacional USA
Entonces ¿qué es lo que ocurrió en Amnistía Internacional USA ?
La organización ha estado bajo fuego por parte del establishment ,
sobre todo debido a sus duras críticas del campo de prisioneros de
Guantánamo. The Wall Street Journal condenó los informes de Amnistía
Internacional sobre Guantánamo (11) como “propaganda pro al-Qaeda”.
Según un editorial de The Washington Post (12), “convertir un informe
sobre la detención de prisioneros en una excusa para vapulear a Bush y a
Estados Unidos socava la crítica legítima por parte de Amnistía
Internacional de las políticas estadounidenses y hace flojear la
contundencia de sus investigaciones sobre los hechos totalitarios ” .
Pero a Amnistía Internacional y sus dirigentes le ha hecho también la
corte el gobierno de Obama, que inició su andadura con una fachada de
defensa de los derechos humanos para en cubrir su agenda de política
exterior.
Esta combinación de presión y seducción ha tenido su impacto directo
en Amnistía Internacional USA. En enero de 2012, el consejo de
administración de l grupo nombró a Suzanne Nossel -recién salida del
Departamento de Estado de Hillary Clinton- como la nueva directora
ejecutiva de la organización.
Nossel es responsable de la intensificación del giro puesto ya en
marcha en Amnistía Internacional antes de su nombramiento. Ha utilizado
la excusa de la crisis presupuestaria para implementar un nuevo plan
estratégico que ha alineado la organización más estrechamente con el
imperio estadounidense, cerrado muchas de sus oficinas y despedido a
algunos de los empleados más críticos y capaces .
Nossel es producto del establishment comercial y político. Se graduó
en Derecho por la Universidad de Harvard donde editaba la publicación
Harvard Human Rights Journal. Después de su graduación ha prestado
servicio en consejos de administración corporativos, el Departamento de
Estado de Estados U nidos y las sedes de organizaciones de derechos
humanos.
En el mundo corporativo, Nossel fue ejecutiva del conglomerado
mediático Bertelsmann, de la consultora y renombrada fábrica de
directores ejecutivos McKinsey & Company y nada menos que The Wall
Street Journal , el principal enemigo de la campaña de Amnistía
Internacional contra Guantánamo.
Dentro de la burocracia de Washington, Nossel trabajó en el gobierno
de Clinton como ayudante del embajador de Naciones Unidos Richard
Holbrooke, quien tergiversó la preocupación por los derechos humanos
para justificar la guerra de Kosovo en 1999. Lejos de defender los
derechos humanos, la guerra desembocó en la mayor ola de limpieza étnica
en la historia del conflicto.
Cuando los Demócratas perdieron las elecciones en el año 2000, Nossel
recibió becas de investigación en think tanks liberal-imperialistas,
entre ellas el Council on Foreign Relations [consejo de relaciones
exteriores]. En una publicación sobre la historia del consejo, cuyo
título es Imperial Brain Trust (13), Laurence Shoup y William Minter
describen la organización como “clave en la formación de la política
exterior de Estados Unidos. Dentro del consejo, los sectores principales
de los grandes negocios se juntan con los expertos académicos del mundo
corporativo para desarrollar un mar co general de política exterior.”
Nossel ha trabajado también en el mundo de las ong como directora de
operaciones en Human Rights Watch (HRW), que actuó de modelo para que
otras organizaciones de derechos humanos hicieran apología del
imperialismo. Por ejemplo, HRW legitimó el golpe de estado de Haití en
2004, orquestado por Estados Unidos contra Jean-Bertrand Aristide, un
presidente democráticamente elegido. Peter Hallward documenta en su
libro Damming the Flood cómo HRW exageró los abusos de derechos human os
bajo Aristide mas allá de lo reconocible. De esta manera, argumenta, la
organización brindó la “justificación moral par a un cambio de régimen
“.
Nossel es defensora descarada de la hegemonía estadounidense en el
mundo, de la economía neoliberal y del sionismo, todo ello bajo el manto
de la defensa de los derechos humanos. En un artículo de 2004 en la
publicación Foreign Affairs (14), acuñó el t érmino Smart Power [ la
combinación de fuerzas armadas y alianzas ] a doptado por Hillary
Clinton como lema de la política exterior del gobierno de Obama.
Nossel defendió el Smart Power como alternativa ante los halcones
neoconservadores de Bush, quienes aislaron a los Estados Unidos de sus
aliados históricos. En vez de depender del despliegue unilateral de las
fuerzas armadas, Nossel argumentó que los Estados Unidos d ebían
utilizar todo el arsenal disponible, desde la diplomacia y las presiones
comerciales hasta la guerra , como “la mejor garantía a largo plazo de
la seguridad estadounidense frente al terrorismo y otras amenazas”.
Evidentemente, Nossel se emocionó al enterarse de que la nueva
Secretaria de Estado de Obama, Hillary Clinton, había adoptado el Smart
Power como lema. H abló con entusiasmo de que Clinton ” era sobre todo
optimista “. Dice que al utilizar todas las herramientas del poder
disponibles, la trayectoria del declive estad o unidense se podría
invertir. Hará que el Smart Power sea guay.” Obama nombró a Nossel para
el puesto del Departamento de Estado junto con la camarilla de
“intervencionistas humanitarios”, entre los que se encontraban Samantha
Powers, Susan Rice y la propia Hillary Clinton.
De modo que no debería sorprender a nadie que Nossel vea los derechos
humanos no como una meta en sí misma, sino como un medio de afirmar la
hegemonía estadounidense. En un artículo de 2008, publicado en Dissent
(15), argumentó: “cuanto más se unan y movilicen a otros los Estados
Unidos para enviar el mismo mensaje, tomar posiciones comunes y
desarrollar presiones coordinadas, más influencia tendrá Washington”.
Donde más evidente se hizo la subordinación de los derechos humanos
por parte de Nossel a los intereses imperialistas de Estados Unidos fue
en su trabajo en las Naciones Unidas, donde se ocupó de desviar
cualquier crítica por parte de Israel sobre su opresión de los
palestinos y las expropiaciones contínuas . Cuando declaró ante el
Congreso en 2011 (16), por ejemplo, Nossel alegó que el Consejo de
Derechos Humanos de Naciones Unidas:
“sigue lejos de ser la institución q ue necesita ser, especialmente
en lo que se refiere a su tratamiento tendencioso hacia Israel. Al
integrarse en el Consejo y convertirse en su voz más prominente y
enérgica, estamos empezando a influir en la dirección y conducta de este
organismo… los palestinos y otros buscan utilizar los foros de la s
Naciones Unidas para presionar y aislar a Israel. Esto es sencillamente
inaceptable y el gobierno ha sido claro en este punto. En todo momento
hemos rechazado todos los esfuerzos para aislar a Israel y hemos tomado
las medidas oportunas para reforzar su estatus en Ginebra.
Nossel mostró incluso su apoyo a Israel cuando éste amenazaba con
realizar un ataque militar preventivo contra las supuestas instalaciones
nucleares de Irán. En un artículo de 2 006 (17) declaró “la comunidad
internacional pondrá a prueba la diplomacia y otras formas de respuesta
pacífica a nte la amenaza iraní. Si estos esfuerzos fallan, Israel
podría tener que volver a plantear la guerra preventiva”.
Las ONG , la financiación corporativa y el imperialismo.
Nossel ha jugado un papel decisivo en la degeneración de Amnistía
Internacional USA, pero las raíces de su connivencia con el imperialismo
forman parte de un patrón más amplio dentro de las or ganizaciones
convencionales de derechos humanos. Las principales organizacione s han
desarrollado vínculos estrechos con los poderes a los que se supone
deberían cuestionar.
En su libro T he Thin Blue Line , Conor Foley documenta cómo las ONG
como M édicos sin Fronteras han abandonado su postura humanitaria
tradicional de neutralidad en los conflictos para pedir intervencione s
imperialistas para “salvar v idas”. De esta manera, argumenta, a las
organizaciones “que se fundaron con el objetivo de aliviar el
sufrimiento humano se les está encomendando, en ocasiones, la tarea de
justificar las guerras”.
Hay dos razones que explican esta transformación. En primer lugar las
ONG dependen de donaciones para su funcionamiento, muchas de las cuales
proceden de corporaciones como la Ford Foundation o las Open Society
Foundations de George Soros. De esta manera las ONG están encadenadas
con grilletes de oro al sistema y sus prioridades.
En consecuencia, las organizaciones humanitarias están cada vez más
integradas en el establishment neo liberal. Como mucho, documentan
abusos y problemas, pero no con el objetivo de dar poder a los
explotados y oprimidos para transformar el sistema, sino para intentar
influir moralmente en la clase dirigente y el Estado para que adopten
mejores políticas.
De este modo las ONG convencionales se han entretejido con los
dirigentes imperialistas y sus Estados. La expresión más evidente de
esta cómoda relación es la puerta giratoria entre las burocracias de las
corporaciones, el Estado y las direcciones de las ONG. La
transformación que experimentó Nos sel de ser ejecutiva corporativa a
burócrata del Departamento de Estado y directora ejecutiva de una ONG
humanitaria es cada vez más la norma, no la excepción.
Esta progresión coincide con el uso del “human itarismo” como
justificación de la proyección del poder militar estadounidense en el
mundo pos terior a la guerra fría . Nadie mejor que el ex Presidente del
Estado Mayor Conjunto, el General Colin Powell, para desvelar la
relación incestuosa entre las ONG convencionales y el m ilitarismo
estadounidense quien declaró que las ONG (18) eran “una fuerza
multiplicadora para nosotros, una parte importante de nuestro equipo de
combate”.
Por esta razón el reciente giro de Amnistía Internacional USA hacia
convertirse en un partisano del imperio estadounidense no es ninguna
sorpresa.
Francis Boyle, quien fue miembro del consejo de Amnistía
Internacional USA en los años 80 y 90, informó a Covert Action Quarterly
(19) que la organización llevaba ti empo siendo más entusiasta en la
denuncia de violaciones de derechos humanos entre los objetivos del
imperialismo estadounidense. Si, por el contrario, “se trata de
violaciones de derechos humanos por parte de USA, Reino Unido o Israel,
entonces denunciarlos costaba tanto como sacarles una muela. Quizá lo
hicieran, pero a regañadientes y después de muchas batallas y presiones
internas. No estaban estos países en la lista oficial de enemigos. ”
Boyle argumenta también que Amnistía Internacional USA ha jugado un
papel en llevar a Amnistía Internacional, que recibe alrededor del 20%
de su financiación de la sección estadounidense, hacia esta asociación
partisana con el imperio. El peor ejemplo de esto es la connive ncia de
Amnistía Internacional con los Estados Unidos al justificar la Guerra
del Golfo en 1991.
Amnistía Internacional jugó un papel importante en la difusión de la
noticia de que los soldados iraquíes retiraban a los bebés kuwaitíes de
las incubadoras para luego dejarlos morir y devolver las máquinas a
Bagdad. El gobierno de Bush padre difundió la alegación a bombo y
platillo, ya que así ocultaba que la guerra se libraba realmente para
mantener la dominación estadounidense sobre el Oriente Próximo y su s
reservas estratégicas de petróleo.
Pero la historia de las incubadoras fue una patraña; no ocurrió nada
parecido. Y cuando se supo la verdad, Amnistía Internacional se negó a
retractarse. “No ocurrió nada”, afirmó Boyle. “No hubo ninguna
investigación y Londres puso trabas al esclarecimiento del asunto. Se
negó incluso a reconocer que se había equivocado. Nunca ha habido ni una
explicación ni una disculpa.”
Una campaña por la rectificación en Amnistía Internacional USA
Al reconocer la profundidad de la descomposición en Amnistía
Internacional USA, más de 100 voluntarios veteranos de la organización
han lanzado una campaña para impedir que Nossel socave más el cometido
de la misma. En una petición dirigida al director ejecutivo (20),
solicitan “una moratoria inmediata… sobre la implantación del Plan
Estratégico y los últimos cambios de personal”.
En una página de Facebook creada para presionar a Nossel a escuchar a
los miembros cada vez más contrariados de la organización, Marcia
Lieberman, una dirigente en Providence (Rhode Island), escribió:
” Te pedimos respetuosamente que nos escucharas pero no lo hiciste.
Te pedimos respetuosamente que t e involucraras con la afiliac ión, pero
huiste hacia adelante con tu plan. No lo pudiste hacer mejor si tu
intención era eliminar a los miembros más valiosos, sabios y
experimentados. Destruiste la memoria institucional de esta organización
de la que has tomado posesión con tanta determinación.”
Después del debacle de la cumbre en la sombra de Chicago y en medio
del creciente descontento entre el personal y la afiliación de Amnistía
Internacional USA, C ode Pink lanzó una petición (21) cuyas primeras
firmantes incluyen a la Coronel Ann Wright y Medea Benjamin. Animan a
los “miembros del consejo de Amnistía Internacional USA a pedir la
dimisión de Suzanne Nossel; su lealtad con los poderosos actores del
gobierno sólo puede constituir un impedimento para el verdadero trabajo y
cometido de Amnistía Internacional”.
Los que se oponen a la guerra y la injusticia deberían apoyar estos
pasos. Pero al mismo tiempo, la izquierda debería identificar la
naturaleza comprometedora del modelo de organización de las ONG. En
ocasiones, las ONG pueden jugar un papel importante dentro de varios
movimientos, como lo ha hecho Amnistía Internacional USA. Pero a causa
de su integración en el establishment neo liberal, no pueden cuestionar
el sistema y sus prioridades.
El desastre del apoyo de Amnistía Internacional a la ocupación de
Afganistán proporciona la evidencia perfecta de por qué la nueva
izquierda que necesitamos construir debe romper con el modelo de las ONG
y crear organizaciones democráticas de base que puedan liderar la lucha
contra el sistema.
Notas:
- [1] http://www.amnestyusa.org/sites/default/files/pdfs/open_letter_final_may_18.pdf
- [2] http://www.nato.int/cps/en/natolive/official_texts_87595.htm
- [3] http://www.nytimes.com/2012/07/21/opinion/afghanistans-economic-challenges.html
- [4] http://www.democracynow.org/2012/8/1/congressional_probe_reveals_cover_up_of
- [5] http://www.rawa.org/rawa/mobile.php/2009/07/08/why-is-a-leading-feminist-organization-lending-its-name-to-support-escalation-in-afghanistano.html
- [6] http://socialistworker.org/2012/05/18/our-stand-against-nato
- [7] http://blog.amnestyusa.org/asia/we-get-it/
- [8] http://www.csmonitor.com/World/Backchannels/2012/0215/Amnesty-International-report-brands-Libya-s-militias-out-of-control
- [9] http://www.alternet.org/story/156303/why_i_had_to_challenge_amnesty_international-usa’s_claim_that_nato’s_presence_benefits_afghan_women
- [10] http://blogs.telegraph.co.uk/news/brendanoneill2/100172438/amnesty-internationals-latest-arms-trade-campaign-is-colonialism-with-a-kindly-face/
- [11] http://www.democracynow.org/2005/5/26/headlines
- [12] http://www.washingtonpost.com/wp-dyn/content/article/2005/05/25/AR2005052501838.html
- [13] http://www.thirdworldtraveler.com/New_World_Order/ImperialBrainTrust_CFR.html
- [14] http://www.foreignaffairs.com/articles/59716/suzanne-nossel/smart-power
- [15] http://www.dissentmagazine.org/article/?article=1300
- [16] http://tlhrc.house.gov/docs/transcripts/2011_10_25_Human%20Rights%20Council/25oct11_hearing_Suzanne%20Nossel%20-%20Oral%20Testimony.pdf
- [17] http://www.democracyarsenal.org/2006/01/preemptive_war_.html?cid=12904630
- [18] https://www.cia.gov/library/center-for-the-study-of-intelligence/csi-publications/csi-studies/studies/vol49no4/USG_NGOs_5.htm
- [19] http://www.sourcewatch.org/index.php?title=Amnesty_International#Assessment_by_a_former_AI-USA_board_member
- [20] http://signon.org/sign/moratorium-on-aiusa-strategi-1?source=c.em.mt&r_by=212707
- [21] http://went2thebridge.blogspot.com/2012/07/letter-to-board-of-directors-amnesty.html
- [22] http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/3.0
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