Tomado de Cubadebate
El incidente ocurrido en la refinería de Amuay
fue muy grave, pero la respuesta del Estado venezolano estuvo a mayor
nivel y fue abrumadora, afirmó hoy Alejandro Granado, presidente de la
Corporación Citgo.
Esa entidad, 100 por ciento venezolana, es una de las principales
empresas refinadoras y comercializadoras de gasolina, lubricantes y
petroquímicos de Estados Unidos, radicada en Houston, Texas, y es la
mayor filial de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) fuera del territorio venezolano.
Mediante su filial 7-Eleven, Citgo es propietaria de unas 14 mil
estaciones de servicio en Estados Unidos, donde, además, posee nueve
refinerías (seis con inversión mixta) y unas 55 terminales de
almacenamiento y distribución.
A juicio de Granados, quien fuera vicepresidente de PDVSA a cargo de
la refinación, el incidente ocurrido el pasado sábado 25 de agosto fue
muy grave, pero la respuesta de la empresa y del Estado venezolano
estuvo también a muy alto nivel, fue abrumadora.
Eso fortalece la confianza de todos los que en el mundo trabajan en
el sector en relación con la manera con que los venezolanos manejan la
industria petrolera, opinó el especialista en declaraciones a Venezolana
de Televisión.
En horas de la madrugada del pasado sábado, una fuga de gas en una de
las áreas de almacenamiento de hidrocarburos de la refinería de Amuay,
en el estado Falcón, por razones que actualmente se investigan provocó
una fuerte explosión, que causó graves daños materiales y un total de 41
muertos y más de 80 heridos.
Granado refutó versiones propaladas por sectores opositores
venezolanos, que atribuyeron el accidente a la falta de pericia y
calificación de los trabajadores de Amuay.
El incidente ocurrió en una de las áreas de menor complejidad de la
refinería, explicó, y se preguntó cómo podía ser posible que los
trabajadores que son capaces de operar una industria de gran
complejidad, no hubieran impedido, de poder hacerlo, un hecho de esa
naturaleza en un sector limitado al almacenaje.
Recordó el sabotaje petrolero de los años 2002 y 2003, cuando los
gerentes de la llamada Meritocracia que dirigían PDVSA ejecutaron el
sabotaje petrolero y paralizaron Amuay y otras refinerías para tratar de
derribar al gobierno del presidente Hugo Chávez.
Fueron esos mismos trabajadores quienes pusieron en marcha esa y
otras refinerías, quienes tuvieron la capacidad para reiniciar las
operaciones y continuar operando la industria petrolera, afirmó.
A modo de conclusiones, Granados señaló que los estándares de
seguridad en la industria petrolera mundial se basan en la experiencia
que aportan los accidentes.
En ese sentido, del incidente de la refinería de Amuay también se obtendrán valiosas experiencias, aseguró.
(Con información de Prensa Latina)
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