Intervención del compañero José Ramón Machado Ventura, primer
Vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros en la XVI
Cumbre del Movimiento de Países No Alineados, Teherán, 30 de agosto de
2012.
Señor Presidente:
Agradecemos al gobierno y al pueblo de la República Islámica de Irán
la organización de esta importante Conferencia Cumbre y la cálida
hospitalidad brindada a nuestra delegación. En nombre del
Presidente Raúl Castro Ruz, del pueblo y del gobierno de la República de
Cuba, le deseamos los mayores éxitos en la conducción del Movimiento
durante los próximos tres años y le reiteramos todo el apoyo de Cuba.
Permítame, asimismo, expresarle nuestras sinceras condolencias al
pueblo y gobierno iraní por las pérdidas de vidas humanas y la
devastación provocada por los terremotos que asolaron en días pasados el
noroeste del país y nuestro reconocimiento por la rapidez de las
medidas tomadas, que impidieron que las consecuencias fueran aun
mayores.
Merece también especial mención la República Árabe de Egipto por su
liderazgo y la labor realizada como Presidente del Movimiento en medio
de difíciles circunstancias internacionales.
Señor Presidente:
Hoy nos enfrentamos a la crisis económica, social, política,
ambiental y moral más grave y compleja que recuerde el género humano.
Nuestros pueblos, una vez más, son las principales víctimas de esa
crisis.
Se multiplican la inestabilidad, la especulación, la deuda
externa, la pobreza, la degradación del medio ambiente, la desigualdad y
el abismo entre el Norte y el Sur. Con el 54% de la población mundial,
los países de nuestro Movimiento sólo recibimos el 20% de la riqueza.
Las soluciones justas y duraderas no aparecen. Proliferan los debates
internacionales pero, lamentablemente, no con la participación de todos
los países. Las decisiones se toman a espaldas de la comunidad
internacional por unos pocos Estados.
Se impone el intervencionismo abierto o encubierto bajo el manto de
acciones multilaterales. Se aplican nuevas doctrinas de intervención y
se manipulan los conceptos de “responsabilidad de proteger” y “seguridad
humana” que, junto a la política de “cambio de régimen” y las nuevas
concepciones estratégicas de la OTAN, auguran un nuevo reparto del mundo
si no estamos a la altura de esa inminente amenaza. Ante la
codicia por los recursos naturales y las ansias geopolíticas de las
grandes potencias, se impone crear un valladar que preserve la
independencia y soberanía de nuestras naciones.
Los precedentes recientes, que se caracterizan por desatar mortíferas
guerras como parte de la estrategia de los poderosos para fragmentar
naciones con el fin de recolonizar territorios y restablecer zonas de
influencia, constituyen una violación flagrante del Derecho
Internacional.
Los principios de soberanía, integridad territorial y no injerencia en los asuntos internos de los Estados son inviolables.
Sin ellos, las naciones pequeñas y débiles serían abandonadas a merced
de las grandes y fuertes. Cuba se opone y se opondrá a toda acción de
fuerza violatoria del Derecho Internacional y la Carta de las Naciones
Unidas.
Cuba hace un llamado a la unidad y a mantenernos fieles a los
principios fundacionales acordados en Bandung y a la Declaración de
Propósitos y Principios y el papel del Movimiento en la actual coyuntura
internacional, adoptada en la XIV Cumbre de La Habana en 2006.
Lo que ayer ocurrió con Libia y los acontecimientos más
recientes en la República Árabe Siria demuestran que el gobierno de los
Estados Unidos, con el concurso de sus aliados europeos en la OTAN,
promueve sin ningún disimulo el derrocamiento por la fuerza de gobiernos
soberanos.
Hemos apoyado, y lo reafirmamos hoy, el derecho del
pueblo sirio al pleno ejercicio de la autodeterminación y la soberanía,
sin injerencia ni intervención extranjera. Confiamos en la capacidad
del pueblo y el gobierno sirio para resolver sus problemas internos
mediante el diálogo y la negociación.
Sr. Presidente:
La promoción de la paz, la solidaridad, la justicia social y el
desarrollo sostenible, es el único camino para asegurar el futuro.
Si el MNOAL no asume el papel que le corresponde de coordinar y
defender nuestras posiciones ante los grandes desafíos que enfrenta la
humanidad, si no promueve la defensa de nuestros intereses colectivos,
si no acciona como un bloque diverso, pero unido y solidario, si no se
empeña en frenar la selectividad y el doble rasero en el tratamiento de
los derechos humanos y de la imposición de patrones hegemónicos en
materia de democracia, y si no sabe oponerse a los intentos de imponer
el “pensamiento único” como patrón universal, poco habremos hecho. Y
nada podremos hacer dispersos y separados.
Mientras persista la grave amenaza que representan las más de 20 000
armas nucleares existentes en el mundo, mientras los gastos militares
mundiales continúen incrementándose, casi la mitad concentrados en un
solo país, el desarme nuclear tendrá que seguir siendo uno de nuestros
objetivos priorizados.
Es inaceptable e inmoral que se continúe gastando más en armas que en promover el desarrollo.
Como dijera el compañero Fidel Castro Ruz, líder de la Revolución
Cubana y personalidad histórica de nuestro Movimiento en una cumbre como
esta, en Harare, Zimbabwe, en 1986 y cito: “Basta ya de la ilusión de
que los problemas del mundo se puedan resolver con armas nucleares. Las
bombas podrán matar a los hambrientos, a los enfermos, a los ignorantes,
pero no pueden matar el hambre, las enfermedades, la ignorancia”.
Mientras prevalezca la manipulación de la no proliferación, basada en
la doble moral y el interés político, en la existencia de un club de
privilegiados y en la negación del derecho al uso pacífico de la energía
nuclear a los países del Sur, como ocurre con la República Islámica de
Irán, dicho asunto deberá seguir siendo objeto de nuestra atención
permanente.
Apoyamos la causa del pueblo palestino y su derecho inalienable a la
autodeterminación en un Estado independiente, con Jerusalén Oriental
como su capital. No cejaremos en nuestro reclamo a favor de Palestina
como Estado miembro de las Naciones Unidas.
Respaldamos firmemente el derecho legítimo de Puerto Rico a ser independiente.
Apoyamos firmemente el reclamo de la República Argentina de recuperar la soberanía sobre las Islas Malvinas.
Nos oponemos a los insolentes e insostenibles patrones de producción y
consumo que son inherentes a las sociedades desarrolladas y que
paulatinamente se están transfiriendo a nuestras naciones.
Abogamos por un nuevo orden mundial de la información y las
comunicaciones, en el que no se interprete y escriba la historia desde
la óptica de los poderosos, ni se creen estereotipos a conveniencia, ni
se promueva el consumismo más irracional.
Insistimos en la necesidad de reformar profundamente a las
Naciones Unidas y democratizar su Consejo de Seguridad para que actúe en
nombre de todos y dentro de su mandato.
Señor Presidente:
El heroico pueblo cubano ha tenido que pagar un precio muy alto por
la defensa de su independencia y soberanía. Ha resistido desde presiones
políticas, insidiosas campañas de mentiras, subversión y terrorismo, la
invasión militar y la amenaza de exterminio nuclear, hasta el más
despiadado, largo y cruel bloqueo económico de la historia, impuesto
por la potencia más poderosa del Planeta. Pero Cuba se mantiene firme
en la defensa de las conquistas de nuestro pueblo y en el
perfeccionamiento de nuestro sistema, sin imposiciones externas.
A nombre de nuestro pueblo, les agradezco profundamente la
solidaridad y apoyo que siempre nos ha brindado el Movimiento de Países
No Alineados. Igualmente, éste podrá seguir contando siempre con la
contribución honesta y solidaria de Cuba en nuestra batalla común.
El Movimiento es hoy más necesario que nunca. Debemos exigir y
defender las reivindicaciones de los miles de millones de seres humanos
que viven en los países del Sur y reclaman sus derechos.
Los retos son grandes, pero nuestra determinación debe ser mayor.
Sabemos que la razón está de nuestro lado y tenemos fe en la lucha de
los pueblos. Nunca renunciaremos a un mundo de paz, justicia, equidad y
desarrollo para todos.
Muchas gracias.
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