sábado, agosto 18, 2012

El Departamento de Estado miente: EE.UU. sí preparó la persecución y detención de Assange




Tomado de La pupila insomne


La portavoz del Departamento de Estado, Victoria Nuland, ha negado que Estados Unidos tenga intención de perseguir a Julian Assange pero a inicios de este año, cuando se dieron a conocer por Wikileaks cientos de miles de  correos electrónicos de la empresa de inteligencia  Stratfor, con fuertes vínculos con la CIA y otras agencias del gobierno norteamericano, el diario español Público  divulgó esta información que   contradice lo dicho por Nuland.


En esos mensajes, Fred Burton, vicepresidente de Stratfor, y ex responsable de la división de contraterrorismo del servicio de seguridad diplomática del Departamento de Estado de EE.UU. habla de la persecución a Julian Assange, de su posible detención durante una visita a Los Ángeles que no llegó a realizarse.  Burton asegura   que un alto cargo del FBI le ha dicho que temen que el juicio contra Bradley Manning “se convierta en un circo” y que preferirían “freírlo”.   

Estos son los fragmentos más reveladores del artículo de Público.



“Tenemos una acusación sellada contra Assange”, reconocía en enero del año pasado el vicepresidente de Stratfor, Fred Burton.


Burton fue en el pasado responsable de la división de contraterrorismo del servicio de seguridad diplomática del Departamento de Estado de EEUU. El 26 de enero, en un intercambio de correos  con sus colegas en Stratfor, reconoce que tienen esa acusación, pidiendo máxima discreción sobre ello. Un mes antes, un Gran Jurado habría emitido esa orden secreta contra Assange por espionaje.


Pero para eso hay que conseguir que Assange llegue a EEUU. Durante el mes de diciembre de 2010, con el caso Wikileaks en su máximo apogeo, Stratfor sigue muy de cerca las desventuras de Assange en Londres. El 7 de diciembre, tras hacerse pública su detención por la policía británica, William O’chee, antiguo senador en el Parlamento australiano y actual consultor, escribe  a Burton dándole la noticia. “Lamentablemente, no tuvo un accidente de coche por el camino”, acierta a bromear. A lo que Burton responde: “La venganza es un plato que se sirve frío”.


En otro intercambio   de comunicaciones, el analista táctico Sean Noonan  muestra su extrañeza por la celeridad de la Interpol en ordenar la detención de Assange allí donde se encontrara. “Los cargos por asalto sexual rara vez se canalizan por medio de las alertas especiales (red notice) de la Interpol como en este caso, por lo que no hay duda de que se intenta impedir la publicación de los documentos del Gobierno por parte de Wikileaks”, escribe en una larga reflexión sobre el impacto que tendría en la organización la neutralización de su fundador.


Un día antes se produce una interesante conversación   electrónica sobre la acusación de abusos sexuales por parte de la Justicia sueca y que lleva al arresto de Assange en Londres. “Por cierto, un amigo cercano de la familia que conoce a la chica que está presentando los cargos me dice que no hay absolutamente nada detrás que no sea que los fiscales están buscando hacerse un nombre”, escribe desde China, el miembro de Stratfor Chris Farnham. “Mi amigo habla más bien de forma despectiva de la chica que alega el abuso sexual”, añade.


Ya antes de la explosión de los cables diplomáticos, Assange estaba en el punto de mira de Stratfor. El escritor de temas de seguridad Shane Harris alerta a Fred Burton de que Assange tiene previsto dar una conferencia en Las Vegas (EEUU) en junio de 2010. “Podría nuestra gente detenerlo por cualquier motivo por la sospecha de su relación con los cables”, le pregunta. A lo que Burton responde: “Como extranjero, podríamos revocar su estatus de viajero y deportarlo. También podría ser puesto bajo custodia como testigo material. Podríamos tener una acusación sellada y encerrarlo. Depende de lo avanzado que esté el caso militar”. Assange canceló ese viaje por razones de seguridad.


Al caso militar al que se refiere Burton es el del soldado Bradley Manning. Arrestado un mes antes, se le  acusó de pasar a WikiLeaks documentos clasificados de las guerras de Irak y Afganistán. Cargos a los que después se sumó el de la filtración de los 250.000 cables del Departamento de Estado. Manning aún no ha sido juzgado. Sobre el soldado, alguno de los analistas hace crueles bromas. Burton asegura   que un alto cargo del FBI le ha dicho que temen que el juicio contra Manning “se convierta en un circo” y que preferirían “freírlo”. Su interlocutor, el analista para Oriente Medio, Emre Dogru, le llega a pedir que aclare si con freír quiere decir “electrocutarlo u otra cosa en la jerga del mundo de la inteligencia”.


Burton, el vicepresidente para el área de contraterrorismo es, de lejos, el más beligerante con Wikileaks. En una de las discusiones sobre el impacto que la detención de Assange puede tener en la supervivencia de su creación, Burton llega a decir: “Descubrir a sus cómplices también es clave. Averiguar qué otros granujas descontentos hay dentro de la tienda y fuera. Agobiar. Llevarlo de un país a otro para que tenga que hacer frente a acusaciones durante los próximos 25 años. Arrebatarle todo lo que tengan él y a su familia, incluir a toda persona relacionada con WikiLeaks”.

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