La portavoz del Departamento de Estado, Victoria Nuland, ha negado que Estados Unidos tenga intención de perseguir a Julian Assange pero a inicios de este año, cuando se dieron a conocer por Wikileaks cientos de miles de correos electrónicos de la empresa de inteligencia Stratfor, con fuertes vínculos con la CIA y otras agencias del gobierno norteamericano, el diario español Público divulgó esta información que contradice lo dicho por Nuland.
En esos mensajes, Fred Burton,
vicepresidente de Stratfor, y ex responsable de la división de
contraterrorismo del servicio de seguridad diplomática del Departamento
de Estado de EE.UU. habla de la persecución a Julian Assange,
de su posible detención durante una visita a Los Ángeles que no llegó a
realizarse. Burton asegura que un alto cargo del FBI le ha dicho que
temen que el juicio contra Bradley Manning “se convierta en un circo” y que preferirían “freírlo”.
Estos son los fragmentos más reveladores del artículo de Público.
“Tenemos una acusación sellada contra Assange”, reconocía en enero del año pasado el vicepresidente de Stratfor, Fred Burton.
Burton fue en el pasado responsable de la
división de contraterrorismo del servicio de seguridad diplomática del
Departamento de Estado de EEUU. El 26 de enero, en un intercambio de correos
con sus colegas en Stratfor, reconoce que tienen esa acusación,
pidiendo máxima discreción sobre ello. Un mes antes, un Gran Jurado
habría emitido esa orden secreta contra Assange por espionaje.
Pero para eso hay que conseguir que
Assange llegue a EEUU. Durante el mes de diciembre de 2010, con el caso
Wikileaks en su máximo apogeo, Stratfor sigue muy de cerca las
desventuras de Assange en Londres. El 7 de diciembre, tras hacerse
pública su detención por la policía británica, William O’chee, antiguo
senador en el Parlamento australiano y actual consultor, escribe
a Burton dándole la noticia. “Lamentablemente, no tuvo un accidente de
coche por el camino”, acierta a bromear. A lo que Burton responde: “La
venganza es un plato que se sirve frío”.
En otro intercambio
de comunicaciones, el analista táctico Sean Noonan muestra su
extrañeza por la celeridad de la Interpol en ordenar la detención de
Assange allí donde se encontrara. “Los cargos por asalto sexual rara vez
se canalizan por medio de las alertas especiales (red notice) de la
Interpol como en este caso, por lo que no hay duda de que se intenta
impedir la publicación de los documentos del Gobierno por parte de
Wikileaks”, escribe en una larga reflexión sobre el impacto que tendría
en la organización la neutralización de su fundador.
Un día antes se produce una interesante conversación
electrónica sobre la acusación de abusos sexuales por parte de la
Justicia sueca y que lleva al arresto de Assange en Londres. “Por
cierto, un amigo cercano de la familia que conoce a la chica que está
presentando los cargos me dice que no hay absolutamente nada detrás que
no sea que los fiscales están buscando hacerse un nombre”, escribe desde
China, el miembro de Stratfor Chris Farnham. “Mi amigo habla más bien
de forma despectiva de la chica que alega el abuso sexual”, añade.
Ya antes de la explosión de los cables
diplomáticos, Assange estaba en el punto de mira de Stratfor. El
escritor de temas de seguridad Shane Harris alerta
a Fred Burton de que Assange tiene previsto dar una conferencia en Las
Vegas (EEUU) en junio de 2010. “Podría nuestra gente detenerlo por
cualquier motivo por la sospecha de su relación con los cables”, le
pregunta. A lo que Burton responde: “Como extranjero, podríamos revocar
su estatus de viajero y deportarlo. También podría ser puesto bajo
custodia como testigo material. Podríamos tener una acusación sellada y
encerrarlo. Depende de lo avanzado que esté el caso militar”. Assange
canceló ese viaje por razones de seguridad.
Al caso militar al que se refiere Burton
es el del soldado Bradley Manning. Arrestado un mes antes, se le acusó
de pasar a WikiLeaks documentos clasificados de las guerras de Irak y
Afganistán. Cargos a los que después se sumó el de la filtración de los
250.000 cables del Departamento de Estado. Manning aún no ha sido
juzgado. Sobre el soldado, alguno de los analistas hace crueles bromas.
Burton asegura
que un alto cargo del FBI le ha dicho que temen que el juicio contra
Manning “se convierta en un circo” y que preferirían “freírlo”. Su
interlocutor, el analista para Oriente Medio, Emre Dogru, le llega a
pedir que aclare si con freír quiere decir “electrocutarlo u otra cosa
en la jerga del mundo de la inteligencia”.
Burton, el vicepresidente para el área de
contraterrorismo es, de lejos, el más beligerante con Wikileaks. En una
de las discusiones sobre el impacto que la detención de Assange puede
tener en la supervivencia de su creación, Burton llega a decir:
“Descubrir a sus cómplices también es clave. Averiguar qué otros
granujas descontentos hay dentro de la tienda y fuera. Agobiar. Llevarlo
de un país a otro para que tenga que hacer frente a acusaciones durante
los próximos 25 años. Arrebatarle todo lo que tengan él y a su familia,
incluir a toda persona relacionada con WikiLeaks”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario