SAN PETERSBURGO.—George W.Bush, no se enteró que hablaba a micrófono abierto al conversar con su homólogo británico, Anthony Blair, durante un desayuno de la cumbre del G-8 en San Petersburgo, Rusia.
En lo que es ya considerado como uno de los errores más absurdos de la diplomacia de Bush, en torno del conflicto en el Medio Oriente, el presidente norteamericano develó la misión de su Secretaria de Estado en la región y añadió que el Hizbollah debía "acabar" con su "mierda".
Bush estaba siendo filmado por la televisión pero ignoraba que sus palabras también eran divulgadas a micrófono abierto, mientras hablaba con Blair.
"Lo que ellos deben hacer, es que Siria actúe de manera que el Hizbollah deje de extender esta mierda, y todo habrá terminado", dijo Bush, sin precisar a quien se refería por "ellos". Bush afirmó asimismo que su secretaria de Estado, Condoleezza Rice, podría desempeñar un importante papel en la búsqueda de una solución para la región: "Ella va a ir, creo que Condi irá bastante pronto", asegura.
También deja entrever una cierta frustración frente al secretario general de la ONU: "¿Qué pasa con Kofi Annan? No me gusta cómo encadena los acontecimientos. Fundamentalmente, su actitud consiste en decir: un cese al fuego, y todo el resto ya está", declara Bush.
Tras otro intercambio de palabras con Blair, el presidente estadounidense añade: "Tuve ganas de decirle a Kofi que llame al (presidente sirio Bachar) al-Assad por teléfono, para que algo ocurra", lo cual dejó entrever una clara actitud de prepotencia frente al Secretario General de la ONU.
La grabación se hizo en un momento en que Bush debía pronunciar algunas palabras en presencia de otros dirigentes reunidos en San Petersburgo, a los que visiblemente encuentra demasiado parlanchines.
"No voy a hablar tanto como los demás. Algunos de estos tipos hablan demasiado", afirma.
Gracias a esta franca conversación también se revelan otras cosas: Bush bebe cola light, le gustan los panecillos con mantequilla, y sobre todo tiene muchas ganas de volver a su país.
"Tengo que irme de aquí a las dos y cuarto de la tarde. Quieren que me vaya de la ciudad para poder liberar a las fuerzas de Seguridad", afirma Bush, dirigiéndose aparentemente al presidente ruso, Vladimir Putin, fuera de foco. Dirigiéndose a otro de los participantes en el G8, Bush añade: "Ustedes son vecinos. No van a tardar mucho en volver a casa. Tengo que irme. Tengo cosas que hacer esta tarde", dice, aunque ese día no podría hacer algo peor que la metedura de pata a micrófono abierto.