El mundo consume, desde hace un decenio, mucho más petróleo que el que se descubre cada año. El llamado al ahorro de energía ha dejado de ser un problema económico para convertirse en existencial, es decir, que pone en riesgo la supervivencia de la especie humana. Urge hacer de él una práctica consciente por parte de cada habitante del planeta.
Hay hechos que aceleran este proceso y desencadenan crisis como la que se está sufriendo hoy por la devastadora acción del huracán Katrina en los Estados Unidos, al destruir también a su paso una serie de plataformas de extracción de hidrocarburos en el golfo de México, arreciando más la crisis petrolera.
Aunque los países de la OPEP han logrado aumentar la producción diaria de petróleo aun en estas circunstancias, no se ha logrado detener el alza del precio del barril que hasta hace poco tiempo se cotizaba a 25 dólares, hoy alcanza los 70 y más; fuentes serias auguran una elevación progresiva que debe llegar a los 100 USD para fin de año.
¿Hasta dónde vamos a llegar?
El rápido incremento de la factura energética está provocando crisis sociales con una amplia participación popular. Algunos gobiernos de países en vías de desarrollo están al declararse en “Estado de urgencia económica” y se acrecientan los cortes del servicio eléctrico y el limitado expendio de gasolina. No hay voluntad política en los gobiernos de los países productores para pensar en los demás. Nuestra región es un oasis en medio de este gran desierto.
A diferencia de lo expuesto, en esta área geográfica Venezuela ha liderado un acuerdo muy importante que es Petrocaribe: una iniciativa regional mediante la cual Caracas vende petróleo a precio barato a los países del área, estableciendo una relación directa entre los productores y el consumidor final, con miras a evitar intermediarios y su consecuente impacto en la elevación del costo de la energía, lo que nos protege de la convulsa situación que vive hoy el mundo.
Petrocaribe va mucho más allá de los combustibles, su objetivo estratégico es contribuir a la transformación de las sociedades latinoamericanas y caribeñas, para hacerlas más justas, cultas, participativas y solidarias.
A través de este proyecto, y con las condiciones de facilidades de pago a los subscriptores del Acuerdo, como se aprobó en la Cumbre de Montego Bay, en Jamaica, se financiarán unos 17 000 millones de dólares de factura petrolera en los próximos diez años, a ritmo de 200 000 barriles diarios. La respuesta estratégica que tenemos los cubanos ante esta situación ventajosa y segura es AHORRAR, AHORRAR y AHORRAR como única fórmula del presente y garantía del futuro, tanto de los ricos como el de los pobres.
El Comandante en Jefe, Fidel Castro, nos ha demostrado a los cubanos con sobrada elocuencia cuánto hemos podido lograr a partir de los ahorros, muestra elocuente lo constituye el número de acciones sociales emprendidas por el gobierno a partir de invertir lo ahorrado.
Como ratificó el presidente Hugo Chávez en el momento que se despedía en la última visita realizada a Cuba en el mes de agosto, al encontrarse con los periodistas les precisó: “Hay que alcanzar la verdadera integración, tenemos que protegernos, pero también tenemos que ahorrar porque estamos hablando de energía convencional con reservas muy limitadas y el consumo crece de forma desmedida por doquier. Hay que aplicar la fórmula de Fidel, la estrategia de Fidel, que es la de mejores resultados: el AHORRO.”
Sergio Rivero Carrasco
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