La economía cubana creció un 11,8 por ciento en 2005, considerado uno de los años más fructíferos de la Revolución, expresó hoy José Luis Rodríguez, ministro de Economía y Planificación.
Al iniciarse este jueves el sexto período ordinario de sesiones de la actual legislatura del Parlamento cubano, al que asiste el Comandante en Jefe Fidel Castro, Rodríguez significó que esa es la más alta cifra de crecimiento del Producto Interno Bruto de la historia revolucionaria.
Es un resultado verdaderamente impactante para el presente y futuro del país, subrayó el titular al presentar a los diputados el informe sobre el desempeño económico y social del país en 2005.
En el crecimiento del PIB se incluye el valor agregado de los servicios sociales que brinda el país, los cuales también han beneficiado a otros pueblos del mundo.
Cuba comienza aceleradamente a superar las carencias del Período Especial, creando sólidas perspectivas para el desarrollo de una sociedad donde primen la justicia y la solidaridad social, dijo el ministro en presencia de 523 diputados a la Asamblea Nacional del Poder Popular.
Refirió que comenzaron a darse soluciones reales a los problemas del país, y enfatizó que se ha iniciado una nueva etapa de la Revolución.
Junto a la atención priorizada a la defensa del país, empezó un programa revolucionario para la producción de energía y su ahorro, se aprobó un plan de construcción de viviendas llamado a resolver una de las grandes necesidades de la población y echó a andar el reordenamiento del parque automotor.
Igualmente se puso en marcha un plan de inversiones de largo alcance para dar respuesta a los efectos de la sequía y el uso de los recursos hídricos, mientras que el salario mínimo de los trabajadores, las pensiones y la asistencia social se incrementaron en más del doble respecto al 2004.
Rodríguez señaló que continuó la labor por alcanzar servicios de excelencia en la salud y la revolución educacional en marcha, además de los múltiples programas y proyectos de la Batalla de Ideas.
El ministro citó en su informe criterios recientemente vertidos por la Comisión Económica para América Latina de Naciones Unidas (CEPAL), sobre el acelerado crecimiento de la economía cubana en 2005 que responde a la especialización en servicios de alta complejidad, donde la nación ha logrado un efectivo reconocimiento.
La organización también citó el dinamismo de los servicios turísticos y la construcción, y la ayuda solidaria brindada a otros pueblos, como Guatemala y Paquistán.
Afirmó que estos resultados se han materializado a pesar de una intensa sequía y el impacto de tres huracanes, los efectos de altos precios internacionales de combustible y déficit en el sector energético, y un recrudecimiento del bloqueo económico del gobierno norteamericano sobre Cuba.
Entre los datos ofrecidos se destaca el crecimiento en el transporte de cargas y de pasajeros, de las producciones de níquel, acero, cemento, pinturas y ollas de presión, de los medicamentos, y de renglones alimenticios como los avícolas y porcinos, entre otros.
A partir de los profundos cambios en la política económica, el país incrementó su capacidad para obtener créditos, reevaluó el peso cubano un 7,4 por ciento frente al peso convertible, y pudo devaluar el dólar en un ocho por ciento con relación a este último.
El turismo se incrementa en un 12 por ciento, los visitantes superarán los 2,3 millones, los ingresos crecen en un 10 por ciento y disminuyen los gastos.
En el comercio exterior las exportaciones también se elevan en el orden del 27,9 por ciento, en tanto las importaciones aumentan en un 36 por ciento, en gran medida por la subida de los precios del combustible.
Sobresale la elevación de los ingresos de los trabajadores de 354 pesos en el 2003 a 398 al cerrar el actual año, mientras que el aumento de los salarios mínimos, las pensiones y las prestaciones sociales beneficiaron a más de cinco millones 100 mil cubanos.
La Operación Milagro, que comenzó en el 2004 para tratar afecciones oftalmológicas de pacientes venezolanos, se extendió a otros pueblos de Latinoamérica y el Caribe, y hasta el 16 último se habían realizado 172 306 operaciones, las cuales se incrementarán el próximo año.
Rodríguez aseguró que muchos de estos logros no hubieran sido posibles sin la puesta en práctica de los conceptos, ideas y criterios críticos vertidos por el Comandante en Jefe Fidel Castro, en el combate contra la corrupción, el robo y otros fenómenos negativos.
Enfatizó que el país tiene que asegurar la invulnerabilidad económica para garantizar su seguridad nacional, e insistió al respecto en la necesidad de elevar el ahorro como fuente fundamental de los recursos que demanda la nación.
La Revolución —sostuvo— tiene el deber de defenderse, incluso de los propios errores que se cometen en su seno, para lo cual será preciso adoptar las medidas que permitan hacer frente a los peligros que la acechan.
Al referirse a la batalla para enfrentar el robo y la corrupción, el titular destacó el papel de los trabajadores sociales y otros sectores de la juventud cubana para seguir adelante con los planes de desarrollo de la Revolución.
Para el 2006 se planifica un crecimiento del PIB del 10 por ciento, en la consolidación del rumbo económico y social, frente a un sombrío panorama de América Latina que prevé una desaceleración y crecimientos por debajo del cuatro por ciento, manifestó Rodríguez.
Cortesía de la Agencia Cubana de Noticias
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