Los grandes medios internacionales siguen
presentando como “periodistas independientes” a quienes, desde Cuba,
reportan para la prensa extranjera pero son realmente contratados y
pagados por el Gobierno de Estados Unidos (1).
Una buena
parte de los cerca de 115 presos cubanos que el Gobierno de la Isla
liberó entre 2010 y 2011 tras un acuerdo humanitario con la Iglesia
Católica y el anterior Ejecutivo de España, fueron presentados entonces
en los medios internacionales como “periodistas independientes” que
habían sido sancionados en Cuba por sus contenidos informativos críticos
(2). Pero los medios que así los presentaron callaron convenientemente
para quién trabajaban y quién les pagaba (3).
Hace unos días, el periodista
norteamericano Tracey Eaton, en su blog sobre Cuba “Along the Malecon”,
daba a conocer una nueva evidencia de que la “prensa independiente”
cubana es altamente dependiente del Gobierno que bloquea a su propio
país. Tracey Eaton hacía pública la contratación,
por parte de la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana
(SINA), la virtual Embajada, de Dan Gabriel, un exmiembro de la CIA que
trabajó en Iraq y Afganistán (4) (5). Su función será contratar, dirigir
y pagar a dichos “periodistas independientes” de Cuba.
Este ex agente de la CIA y experto en
comunicación, relaciones públicas, redes sociales de Internet y
ciberguerra, deberá gestionar un equipo de unos 10 “periodistas
independientes” cubanos, que a su vez cumplirán un programa de trabajo
bien definido: deberán generar ”al menos cinco historias por semana”,
incluyendo “paquetes de noticias en video (de) entre dos y cinco
minutos, imágenes en bruto, (…) grabar eventos, entrevistas y fragmentos
de sonido, (…) y fotos, (…) de acuerdo con el precio programado”.
Desde la década de los 90 la oficina
diplomática de EEUU en la capital cubana, la SINA, se ha dedicado
capacitar y financiar desde su sede a esta llamada “prensa
independiente” (6). El objetivo: fabricar las noticias adecuadas que,
posteriormente, recorren el mundo a través de los grandes medios,
presentando a Cuba como un país fracasado, represivo y necesitado de ser
–finalmente- intervenido. Ya en 1993 se fundaba en la propia SINA la
denominada “Asociación de Periodistas Independientes”, que era
presentada entonces ante la prensa extranjera –dando prueba de su
particular concepto de “independencia”- por un diplomático
norteamericano (7).
El citado ex agente de la CIA Daniel
Gabriel trabajó 10 años en acciones encubiertas de la CIA y llegó a
completar seis visitas a Afganistán e Irak en apoyo de las llamadas
“Operación Libertad Duradera” y “Operación Libertad Iraquí”, es decir,
dando cobertura propagandística a las invasiones militares de ambos
países, con un saldo –recordemos- de centenares de miles de muertos.
Hay quien todavía niega que dichos
“periodistas independientes” cubanos sean peones pagados por Washington
en su estrategia de intervención en Cuba. Y quienes aún señalan como una
violación de la libertad de prensa la aplicación a estas personas, por
parte del Gobierno cubano, de las sanciones penales contenidas en sus
leyes antiinjerencia, muy similares –por cierto- a las que existen en
EEUU o Europa (8). Pero evidencias como la destapada por el periodista
Tracey Eaton hacen que sean cada día menos.
(8) http://www.cubainformacion.tv/index.php?option=com_content&view=article&id=14168:iaplicamos-la-leg
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