El sobrecumplimiento del plan en el primer mes del año nos hace llegar hasta los embalses de la acuicultura, actividad que dentro del Programa de Desarrollo Integral está llamada a reorganizarse en aras de incrementar las capturas y así entregar más alimentos a los pobladores.
Hasta allá encauzamos nuestros pasos en una de estas mañanas de febrero y encontramos a sus trabajadores inmersos en sus quehaceres, algunos ya estaban en el agua, mientras otros alimentaban a estos animales de no muy buena apariencia pero sí de buen gusto, pues representa un plato formidable en la mesa de los pineros.
Este buen comienzo constituye un fuerte impulso en las pretensiones de la entidad de concretar sin obstáculos lo planificado para el 2013, cuando tienen el compromiso de arribar a 900 toneladas (t): 600 en la captura de clarias (intensivo) y 300 en la pesca en los embalses (extensivo).
Precisamente en el intensivo, según declaró Orlando Rivera Romero, jefe de la estación, lo pactado para esta etapa constituye una meta inédita, a la cual nunca se ha llegado en 12 meses, pues solo han alcanzado la cifra de 520 t.
Es por ello que organizar bien el trabajo desde la reproducción hasta el final del proceso productivo resulta esencial para garantizar la cantidad de animales establecidos en cada mes; además de asegurar un flujo tecnológico que permita dar cumplimiento a esta tarea de conjunto con la disciplina tecnológica, la voluntad y el esfuerzo de los trabajadores.
Al respecto Rivera Romero señaló que para este mes de las 20 t pronosticadas piensan llegar a 50 teniendo en cuenta que ya las producciones están en proceso de ceba, de igual manera debe ocurrir así para el resto del año; no obstante a partir de mayo los planes se incrementarán por ser estas, especies tropicales y se reproducen en condiciones de verano.
“Debemos cumplir lo concebido para el 2013 sin dificultad, aun siendo una producción que nunca se ha logrado en el territorio; hoy los cálculos están hechos a partir de la siembra escalonada; todo el animal que produzcamos hasta mayo todavía puede salir este año porque tiene siete meses en diciembre, ese es otro aspecto que tenemos a favor”, precisó Orlando.
“Ahora para alcanzar tal propósito es necesario la estabilidad en el alimento, cuestión que más conspira, pues a pesar de que tengamos una porción de la comida en subproducto industrial, no todo lo podemos suplir con tal variante porque tenemos mucha producción, entonces la otra parte debe ser con el alimento seco (pienso), con el cual elaboramos una dieta que le permite al pez su desarrollo y reproducción.
“La entrada del pienso se ha comportado estable, sin embargo no con las cantidades requeridas, de todas formas tal irregularidad no nos perjudica porque se han trazado estrategias.
“Conformamos dietas con menos porciento, mezcladas con el subproducto industrial y del matadero.
“Con esta modalidad los resultados no fueron malos, tenemos un factor de conversión favorable, necesitamos 1,5 de pienso para obtener una tonelada de producción cuando lo establecido es dos de pienso por uno de carne. De estabilizarse el alimento los éxitos podrían ser mayores al disminuir los costos y elevar la eficiencia, que es uno de los retos en la actualidad”.
Justamente hoy la pesca de agua dulce cobra mayor importancia a partir de las limitaciones existentes en la plataforma, deteriorada por la sobrexplotación de los mares, y como consecuencia se han adoptado medidas para su conservación y sostenibilidad aumentando las zonas con régimen de protección.
“Uno de los principales objetivos de la entidad es abastecer a la población, y crear una cultura de cómo consumir los productos, por ejemplo la claria, ya que vienen grandes volúmenes de esta especie y todavía existen personas que desconocen todas las recetas que se pueden preparar.
“Las producciones –continúa Orlando Rivera– las enviamos a la empresa donde son procesadas, luego esos surtidos son distribuidos en la red de pescaderitos y también al turismo, cuyo destino fundamental es Cayo Largo del Sur”.
Otro de los aspectos a los cuales los hombres de la UEB ACUISLA le prestan atención es a garantizar que el tamaño de los ejemplares capturados sea el adecuado.
“La talla comercial es a partir de los 420 gramos (g), que ya puede ser procesada y alcanzar buenos rendimientos. En la claria es donde mejor se puede apreciar, esta al analizar la curva de crecimiento después de 300 o 400 g se dispara y crece alrededor de siete, ocho o diez gramos diarios hasta alcanzar los dos kilogramos; nosotros tratamos de aprovechar ese comportamiento. Por eso la meta es llevar el pez por lo menos hasta los 700 u 800 g.
“Como expresé con anterioridad es imprescindible el alimento, hay condiciones para lograr pesos superiores pero el déficit con la comida ha obligado a pescar ejemplares de 700 g, cuando en un período igual pudiera llegar a un kilo”.
ACTUALIDAD CONSTRUCTIVA DE LA ESTACIÓN
Este es un centro que requiere de constante mantenimiento y restauraciones por el efecto del agua que deteriora sus instalaciones. En estos momentos, por ejemplo, existe escape del líquido en los canales afectando el ahorro de este vital recurso natural. Además, se necesita nivelar los estanques, pues algunos de esos depósitos se comenzaron a utilizar sin haberse terminado las labores constructivas, por la poca capacidad de área existente que no respaldaba el potencial de animales.
“Tenemos un contrato con la empresa constructora para darle cumplimiento a esta actividad, ya se comenzó con los caminos para llegar adonde están las producciones, llevar el suministro de alimentos, trasladar los recursos humanos y ejecutar las tareas directas al proceso.
“El colectivo, a pesar de las vicisitudes, mantiene elevada su voluntad de crecerse ante las dificultades, exhibe entrega, disposición, tiene un buen sistema de pago que los estimula y está debidamente capacitado”, concluyó Rivera Romero.
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