El bloguero brasileño Sergio Bertoni me contaba de “la persecución a los blogueros en Brasil”.
Él me decía, al entrevistarlo luego de su participación en el III Encuentro Nacional de blogueros progresistas brasileños“, celebrado en mayo de 2012 en Salvador de Bahía:
“..hay muchos políticos de la derecha y la “vieja prensa” que procesan a los blogueros y retiran los blogs del ciberespacio. Se hacen juicios contra los blogueros, retiran sus blogs y los penalizan con multas altísimas. Tenemos un caso en el estado de Paraná de un bloguero que debe una multa de 300 000 reales, le cerraron su blog de tres años y lleva casi un año fuera de internet porque decisiones judiciales no lo dejan hablar. Entonces, los que dicen defender la libertad de expresión son quienes la coartan contra quienes la defienden en la práctica.”
He recordado estas declaraciones de Bertoni, al encontrarme con la hiperpromoción en Brasil, por los mismos medios que demonizan y persiguen a los blogueros de ese país, del estreno de un documental dedicado a la bloguera cubana Yoani Sánchez en la misma ciudad de Salvador de Bahía. Para la premier se ha anunciado la presencia de esta persona que, aunque ha sido acusada de vínculos con el gobierno de Estados Unidos -es el colaborador proestadounidense más citado en los cables revelados por Wikileaks- nunca ha sido multada, llevada a los tribunales, ni su blog está cerrado en Cuba.
Al parecer, el documental -titulado Conexión Cuba-Honduras- hace un paralelismo entre la situación de los informadores en Honduras, donde sólo en 2011 fueron asesinados 15 periodistas, y Cuba, donde desde hace más de cincuenta años no muere un periodista de forma violenta.
El testimonio más impresionante que he conocido sobre la libertad de expresión en nuestros días, es precisamente un documental del activista social canadiense Jesse Freston, presentado en el Encuentro Mundial de Blogueros celebrado en la ciudad brasileña de Foz de Iguazú. En contraste, tuve el privilegio de que Freston me contara además su visita a Cuba, cómo recorrió el país de punta a cabo en autostop, viviendo en casa de cubanos y la libertad con que intercambió en todos los lugares.
Pero a Freston ni a su documental los medios de comunicación que aplauden a la señora Sánchez le han dedicado la más mínima atención, como tampoco lo hicieron con los blogueros reunidos en Foz de Iguazú o Salvador de Bahía.
Para la “vieja prensa”, con su enorme despliegue y poderío, bautizada así por el periodista brasileño Rodrigo Viana, ni Freston ni su documental, ni la persecución de los blogueros brasileños existe. Y para que su invisibilidad sea mayor necesitan el trabajo sucio que hacen los amigos de EE.UU. y Yoani Sánchez en Brasil.
Casualmente, la próxima semana comienza en Cuba el “II Taller Internacional de Redes Sociales y Medios Alternativos”, organizado por el gobierno cubano. En él participarán blogueros cubanos y de numerosos países que tampoco existen para “la vieja prensa” brasileña. Entre ellos estarán Sergio Bertoni y Rodrigo Viana y juntos recordaremos a nuestro amigo Jesse Freston, el canadiense que como ellos puede hablar de la desconexión Cuba-Honduras inventada para ocultar la hiperconexión Yoani-EE.UU.
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