Marta Beatriz Roque ya se americanizó |
Hace poco una
profesora me contaba sus vivencias en un colegio privado en Honduras en el que
estuvo trabajando como profesora invitada hace algunos años. La profe nos
contaba que lo primero que le llamó la atención fue que en la biblioteca,
hermosa biblioteca según sus palabras, apenas había libros sobre la historia de
Honduras y los existentes estaban en los pisos altos, casi ocultos.
En el primer piso,
bien a la vista y con ediciones de lujo estaban libros relacionados con la
historia de los Estados Unidos, la biografías de todos los presidentes
norteamericanos, etc. En esa misma biblioteca vivió momentos tristes pues los
militares norteamericanos iban a reclutar jóvenes para la guerra en Iraq
y ella aunque tenía muchas ganas de hablar con ellos y explicarles que esa no
era su guerra, no podía hacerlo.
Durante la exposición
de un trabajo relacionado con la temática ambiental una de las estudiantes que
estaba exponiendo se refiere al daño ambiental provocado por “las bombas
atómicas lanzadas por la URSS
en Hiroshima y Nagasaky”. La profe se vira y le dice a otro miembro del
tribunal que la muchacha se había equivocado, que había dicho que las bombas
atómicas las había lanzado la
URSS y la otra profesora le dijo asombrada: “no, no se
equivocó, es así…”
Nos cuesta pensar que
sucedan cosas así, nos parece que es un cuento pero lamentablemente el hecho es
real y no podemos decir que es aislado. Si vamos a la historia de Cuba podemos
encontrar que lo mismo se intentó hacer con nosotros.
En el lejano 1852
aparecía la siguiente nota en un periódico de Nueva Orleáns: «(…) Su lenguaje
(el de los cubanos) será lo primero en desaparecer, porque el idioma latino
bastardo de su nación no podrá resistir apenas por tiempo alguno el poder
competitivo del robusto y vigoroso inglés» «(…) Su sentimentalismo político y
sus tendencias anarquistas seguirán rápidamente al lenguaje y de modo gradual,
la absorción del pueblo llagará a ser completa debiéndose todo al inevitable
dominio de la mente americana sobre una raza inferior».
Después de la
intervención norteamericana, entre 1900 y 1901, cerca de 2500 jóvenes cubanos
ingresaron en varios centros de educación y universidades norteamericanas.
Gilbert K. Haroon, director de la Asociación Educacional
Cubana, escribía en 1900: “si pudiéramos disponer de mil niños anualmente nos
ahorraríamos la mitad de los 100 años que, de otra forma, nos tomará
americanizar este lugar”.
Cualquier semejanza
con las becas que otorga la
Sección de Intereses de los Estados Unidos en La Habana (SINA) para que
jóvenes cubanos vayan a pasar cursos de “liderazgo” en el vecino del Norte no
es pura coincidencia.
Quizás alguien pueda
pensar que estoy “leyendo periódicos viejos”, o que estoy siendo paranoico
cuando acudo a citas de más de 150 años para acusar al gobierno de los Estados
Unidos de querer “americanizar” nuestro país pero si leemos el Plan
Bush nos damos cuenta de que no han renunciado a ese propósito.
Dice el referido plan:
“«(…) Organizar programas para recapacitar a los maestros y profesores
cubanos». «(…) Prepararse para mantener abiertas todas las aulas»… «(…) o
importar voluntarios temporalmente durante el potencial período de
inestabilidad que vendrá, de manera que los niños y adolescentes no estén en la
calle envueltos en delitos».
Sería interesante ver
cuál es el programa que tienen preparado para “recapacitar” a los maestros y
profesores cubanos. Imagino que ahí le enseñarán, entre otras cosas, a los
niños cubanos que sino llega a ser por los “americanos” los españoles no
hubiesen podido ser derrotados en 1898. Ni qué decir de los maestros que
importarán, imagino que en sus clases, Martí, Gómez y Maceo serán sustituidos
por nombres en inglés. Seguro en los nuevos libros de historia de Cuba dirá que
Henry Reeve fue enviado por el gobierno de los Estados Unidos para ayudar a los
cubanos.
Hay muchos que se
alegrarían de que eso suceda, al final de tanto ir a la SINA ya se sienten
americanos, recuerdo que uno de ellos gritó durante una de sus reuniones que
Bush era su verdadero presidente e incluso participan en votaciones simbólicas
por el presidente de ese país. Es una pena, pero es así, algunos siguen
hablando español porque no les queda más remedio pero desde hace mucho tiempo
están pensando en inglés.
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