Por Lorenzo Gonzalo*
Hay cosas de las cuales uno
tiene que comentar obligadamente, aunque exista una variedad infinita de temas
que requieren de esmerada atención en esta época de cambios, donde están
involucrados tanto los ortodoxos de las corrientes socialistas como los
fanáticos del liberalismo.
Dice Mitt Romney, el supuesto candidato
republicano a la presidencia, mormón y monógamo (ya sabemos que nuestras
sociedades se conocen por la diversidad de sus contradicciones), que “Chávez y
el régimen castrista” son un gran peligro para Estados Unidos y el
mundo.
Por otra parte el Tribunal Supremo de Cuba
niega que esté considerando la visita del espía Allan Gross a Estados Unidos
para visitar a su madre enferma y aparentemente en estado
terminal.
Ya sabemos que el agente cubano, no espía,
René González visitó a su hermano Roberto en La Habana, también enfermo de
cáncer, luego de un permiso que le otorgara el Departamento de Estado de Estados
Unidos.
La diferencia es que René ya cumplió su
condena, está en libertad condicional y si no ha regresado a su país, es por ese
capricho malévolo que ha caracterizado las relaciones de Estados Unidos hacia
Cuba. La nota descollante en esas relaciones siempre ha sido la arbitrariedad,
las conductas abusivas, las acciones irresponsables y la falta de
razón.
Allan Gross, por el contrario, realizó actos,
sabiéndolo o no, que atentaban contra la seguridad del Estado cubano. Llevó
consigo instrumentos de comunicación no autorizados para uso civil, a personas
que de diversas maneras reciben medios de Estados Unidos para desestabilizar al
Estado y para contribuir con la desinformación que alimentan ciertos medios de
prensa internacional en relación a
Cuba.
No es que aspiremos por falso idealismo, a
erradicar de la prensa las posiciones diversas que nacen precisamente de un
mundo compuesto por múltiples intereses, donde cada cual busca acercar el fuego
a su sardina. Pero aún dentro de ese mundo, la ética que rechaza el trabajo
mercenario de la pluma, tiene vigencia, tanto para unos intereses, como para
otros. En definitiva, tras esa variedad aparente que parece rodearnos, el mundo
real solamente se compone de dos tendencias: aquellos que abogan por vivir en un
medio donde lo individual prime sobre el resto del conglomerado humano y quienes
defienden un medio social basado en un equilibro de los intereses individuales y
los requerimientos derivados de vivir en esas inmensas comunidades que llamamos
países, ciudades, regiones, o pueblos y aldeas.
Ninguna de las dos tendencias
debería consentir la mendicidad periodística, que en vez de apelar a la crítica
del criterio, apela a la distorsión de hechos y a la fabricación de noticias.
Nada peor que la prensa colocada al servicio de los órganos de inteligencia que
minan nuestros pueblos.
La otra gran noticia es que el Congreso
Español aprobó una moción pidiendo la reconciliación entre los cubanos. Como
elemento destacado de la moción no podía faltar la sazón que condimenta los
asuntos relacionados con Cuba, ese ingrediente envenenado que titulan “la
transición democrática en la Isla”.
Transición, es la última palabrita inventada
en los últimos años para intentar entorpecer las relaciones internacionales de
Cuba. En el caso de la moción española, bien podrían rescatar el tema para ellos
mismos, pidiendo la transición de España hacia un Estado independiente y no un
satélite artificial de una economía poderosa como la de Alemania y los otros
países desarrollados. España, Grecia, Portugal, son naciones que nada tienen que
ver con la moneda que les impusieron quienes tienen los niveles de producción
para controlarlas. Han sido convertidos en meros satélites que les han
ocasionado profundas deformaciones a sus
economías.
Cuba transita hace decenas de años hacia
formas mejores de justicia y de no haber sido por la Guerra Fría y el síndrome
de la interferencia que caracteriza a Estados Unidos, seguramente ya hubieran
redondeado el círculo y las distorsiones causadas por el sovietismo, seguramente
no hubiesen existido.
Respecto a las declaraciones de Rommey, sobre
el peligro representado por Cuba y Venezuela para el Hemisferio, que se lo
pregunten a los países que pidieron la inclusión de Cuba en La Cumbre de Las
América o a los más de dos mil muertos y miles de víctimas que han ocasionado en
la Isla los ataques clandestinos, los sabotajes y las acciones terroristas
dirigidas por los órganos al servicio del Departamento de Estado de Estados
Unidos.
Esto son comentarios sueltos, a los cuales
estamos obligados, sobre realidades inventadas por políticos inescrupulosos, que
solamente saben navegar en mares de intrigas, creando dificultades a las
personas honestas que se ufanan en desempeñar con ponderación y sentido de
justicia, labores de gobierno.
Cuba no requiere transitar, pero España sí;
Cuba no es un peligro para el Hemisferio pero Estados Unidos sí; Allan Gross no
es René González, quien aun después de cumplir condena, debe permanecer alejado
de su familia, su esposa y sus seres
queridos.
Contradictorio… ¿Verdad?
*Lorenzo Gonzalo periodista cubano residente en EE.UU.
subdirector de Radio Miami
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