Fotos: Gerardo Mayet Cruz
Con
la victoria de este martes sobre Las Tunas el plantel de béisbol de la
Isla alcanzó su clasificación a la segunda fase de la LII Serie
Nacional, aún cuando restan dos choques para que concluya el primer
tramo de esta edición del campeonato cubano, y para sorpresa de la
mayoría de los entendidos y aficionados del país.
El esperado acontecimiento ocurrió en su cuartel general el estadio Cristóbal Labra de Nueva Gerona,
donde los dirigidos por Armando Johnson se impusieron a Los Leñadores
del balcón del oriente guiados por buen desempeño monticular de Wílber
Pérez, así los increíbles pineros se convirtieron en uno de los
agraciados que animarán la próxima ronda de solo ocho contendientes.
Antes
de comenzar esta campaña muy pocos veían a Johnson y sus muchachos con
opciones reales de pasar con éxito esta primera parte del certamen, sin
embargo la preparación y el juego alegre y cohesionado de los
beisbolistas de esta ínsula, demostró que ningún equipo es pequeño
aunque su plantilla no esté rebosante de grandes figuras.
El
colectivismo, la entrega, la disciplina, los deseos de llegar lejos,
han constituido varios de los atributos con que los pineros han
defendido los colores de su terruño. Muchos han sobresalido con su
desempeño en estos primeros 45 desafíos, una prueba elocuente de ello es
la selección de cuatro de peloteros locales en la pre nómina al III
Clásico Mundial de marzo.
Pero
es sin dudas el juego cohesionado, las sabias decisiones del colectivo
técnico y jugar con ímpetu ante cualquier rival conscientes de que se
puede alcanzar el triunfo si se lucha con garra, los ha llevado al lugar
privilegiado que ostentan hoy.
Para
muchos, en varias esferas de vida cotidiana, la actuación de estos
jóvenes es una lección de cuánto se puede hacer, si se planifican bien
las cosas, si existe empatía entre la dirección y los subordinados y,
sobre todo, si hay sentido de pertenencia y amor por lo que hacemos.
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