Tomado de Cambios en Cuba
Antes de ayer era Afganistán, ayer Libia, hoy Malí.
Hace falta, nos dicen. Son terroristas, nos advierten. Es necesario,
reiteran. Nuestras tropas, nuestras bombas, nuestras sanciones, nuestras
torturas, nuestros asesinatos… Son por la democracia; son la
democracia.
Qué sólo se intervenga donde hay
intereses es casual, no seáis mal pensados. Se hace para salvar a las
mujeres, para que se vote a los candidatos adecuados. No tienen nada que
ver el gas, el petróleo, las bases militares,
la situación estratégica. Nuestros soldados solo piensan en disparar
para lograr la sonrisa de los pueblos. Abonando con muertos la
democracia sonriente.
Los supervillanos son de quita y pon. Un
día son luchadores por la libertad, el siguiente son terroristas
peligrosos que hay que perseguir y encarcelar, más tarde son buenos y
los lanzamos en, por ejemplo, Libia, de donde pasan a, por ejemplo,
Siria, pero en, por ejemplo, Malí vuelven a ser malos. Son las puertas
giratorias que llevan de la bondad a la maldad o de la maldad a la
bondad en la ruleta del maniqueísmo reversible occidental.
No penséis, ya pensamos nosotros.
Decidimos quienes son buenos y quienes son malos, pero también decidimos
cuando los malos se vuelven buenos y cuando los buenos se vuelven
malos. Lee la prensa, escucha los informativos, son la voz que te dirá
lo que debes pensar, a quien tienes que odiar, a quien debes temer y a
quien tienes que amar. A pesar de que a veces te líes, no debes dudar.
Nosotros somos la democracia. Somos la
libertad de información. Sabemos lo que te conviene. Alquimistas de la
maldad y de la bondad. Sonríe aunque te maten, ama al que roba, defiende
al que bombardea. Es por tu bien, aunque parezca lo contrario. Solo
pensamos en ti, no en nuestros negocios.
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