- Mensaje de Antonio Guerrero que acompaña la exposición que se inauguró en la Fragua Martiana, cuando concluyó en ese emblemático sitio la Marcha de las Antorchas
«Honrar, honra».
José Martí
Si voy a hablar del más elevado ejemplo de amor a la patria y a la
humanidad; si quiero mencionar a un paradigma sin par de altruismo,
inteligencia, tesón y dignidad, a flor de labios, desde el corazón, me
brota el nombre de José Martí.
Cuando los compañeros de la Unión de Jóvenes Comunistas me pidieron
hacer un grupo de retratos que recogieran etapas de su vida sentí una
gran motivación, pero no tenía a la mano las imágenes que necesitaría
para tal empeño. No tardaron en aparecer quienes, a través de mi
hermana, me hicieran llegar las fotos que necesitaba. Por ello, he de
decir que sin la ayuda rápida y certera de la compañera Isabel Cristina
Rivero, del Memorial José Martí y luego del entrañable Liborio Noval y
el hermano fotógrafo Arturo Suárez, hubiese sido imposible tener los
retratos al pastel listos para este homenaje que rendimos al Apóstol en
el 160 aniversario de su natalicio.
Mientras realizaba estas obras se me acercaron varios reclusos que me
preguntaban quién era esa persona: Mi respuesta era breve, pero
absoluta: Es el Héroe Nacional de Cuba; héroe además de toda nuestra
América.
Corta, pero sumamente intensa fue su vida: Preso al cumplir los 16
años, por expresar sus ya profundas y claras ideas. Sometido a trabajos
forzados. Deportado a España. Nada lo pudo callar y allí escribió El presidio político en Cuba.
Volcado al estudio se gradúa de Derecho, Filosofía y letras. Recorre
Europa y regresa a su América. Trabaja en México, luego en la
universidad de Guatemala.
Sigue de cerca la lucha en Cuba. Tras el fin de la Guerra de los Diez
Años, vuelve a pisar su amada patria, pero una vez más es deportado a
España. La colonia teme a su pensamiento. Logra llegar a París y de ahí a
Nueva York. Su vida se centra en reunir las fuerzas para reiniciar la
«guerra necesaria». Viaja a Venezuela.
Escribe poemas con «versos sencillos», pero genuinos e inmensos. Crea
el periódico Patria y el Partido Revolucionario Cubano. No lo detienen
ni sus problemas personales, ni su quebrada salud. Logra reunirse con
Maceo en Costa Rica; y más tarde con Gómez en Santo Domingo. Pese al
fracaso de La Fernandina, no ceja en sus empeños. Junto a Gómez llega a
la manigua cubana demostrando «que la mejor manera de decir es hacer».
Cae en Dos Ríos, apenas comenzada la guerra. Contaba solo con 42 años.
Infinita es su obra. Inagotable es su pensamiento. Inmortal es su ejemplo.
«Hay hombres que aun después de muertos dan luz de aurora»,
sentenció. Y Martí fue la luz del Moncada, la luz de la Sierra, la luz
de nuestra plena independencia, y es la luz eterna de nuestra Revolución
bajo la guía de Fidel y de Raúl.
A lo largo de todos estos años de rudo e injusto encierro nos ha
acompañado. Por eso, mientras hacía cada trazo de sus retratos me sentía
conversando con él, y con esa certidumbre y fuerza de su hablar, me
reiteraba: «el verdadero hombre no mira de qué lado se vive mejor, sino
de qué lado está el deber».
Antonio Guerrero Rodríguez
22 de enero de 2013
Prisión Federal de Marianna.
Los retratos de Tony
Primer retrato conocido
Primavera de 1869
En Madrid, 1871
En México, 1875
En México, 1876
Fulton Street, Head of Court St. Brooklyn,
Nueva York, 1889
Nueva York, 1892
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