Tomado de La Pupila insomne
El diario español Público destaca hoy un amplio reportaje del periodista Eduardo Muriel,
titulado “Pongamos que sobrevivo en Madrid”. El texto está dedicado a
la pobreza y los recortes en la capital española, gobernada por el
derechista Partido Popular. Les ponemos acá el
fragmento dedicado a los “disidentes” cubanos que permanecen allí luego
de haber llegado a esa ciudad hace más de un año.
El reportaje reúne mucha información interesante y a comentarla dedicaremos un próximo post.
Los cubanos acampados frente al
Ministerio de Exteriores, que llevan casi tres meses instalados con sus
pertenencias en la plaza para reclamar al Gobierno español que cumpla
con sus compromisos, también están indignados con la manera de proceder
de la policía.
Carlos Rodríguez, que se presenta como ex teniente del
ejército, explica que llegaron hace algo más de un año a raíz de un
acuerdo adoptado por el gobierno del PSOE, en calidad de refugiados
políticos, en el que se les aseguraba una ayuda de 2.000 euros por
persona al mes durante dos años. Al poco tiempo, denuncia, el ejecutivo cortó esa asistencia.
“Nunca vimos más de 1.500 euros por familia, y ahora estamos en la
calle”, asegura. Estos cubanos también culpan al PP por mantenerlos
desamparados. “El señor Margallo ha declarado que no tendría relaciones con Cuba hasta que no pudiera hablar con la disidencia de la Isla.
Pues bien, aquí tiene a la flor y nata de esa disidencia y no se ha
dignado a salir por la puerta si quiera para saludarnos”, ironiza.
Rodríguez cuenta que los primeros días de
acampada fueron los peores. “Llegó mucha policía y nos bloquearon, no
dejaban ni si quiera que se acercara la prensa”, explica. “De vez en
cuando vuelven para decirnos que no podemos estar aquí y, en una ocasión
en la que algunos compañeros se ataron para que no nos pudieran
desalojar, la Policía los maltrató y les llegó a causar heridas”, denuncia.
Sin embargo, estos cubanos pronto sacan su lado optimista y aseguran
que, aunque el Gobierno no esté haciendo nada bueno por ellos, la gente
sí se acerca para ofrecerles ayuda. Ahora, dos del grupo se encuentran
en huelga de hambre para intentar llamar la atención sobre la situación
que atraviesan, y, aunque creen que será difícil, no abandonan la
esperanza.
En el centro de la plaza se amontonan los
sacos con ropa y, entre ellos, más de una decena de cubanos de todas
las edades se encuentran sentados en grupos y charlando, resignados.
Aunque Rodríguez y su compañero Javier Fernández se encuentran en huelga
de hambre, ellos no son los únicos del grupo que están atravesando
dificultades. “Dormimos todos en los soportales que hay aquí al lado, en
los que ponemos colchones. Es una situación dura, sobre todo para
algunos de nosotros. Hay una señora con 70 años que sufre además de
reuma y tiene problemas de hipertensión”, comenta Rodríguez.
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