“Pastores
por la paz” es una organización que desde 1992 traslada ayuda
humanitaria a Cuba en desafío al
bloqueo que el gobierno de los Estados
Unidos impone a la Isla.
La presencia de palabras como,
“computadoras”, “religioso”, “confiscó” “Estados Unidos” y “Cuba”,
debería garantizar la inmediata difusión de esta noticia pero
asombrosamente al colocar esos términos en buscadores de Internet,
compruebo que el suceso sólo es relatado en órganos de prensa cubanos.
Sin embargo, de todos modos, la búsqueda arroja algo interesante. En la segunda página de resultados ofrecidos por Google aparece un despacho de la agencia francesa AFP del 19 de julio de 2007 que recoge cómo
“las autoridades norteamericanas decomisaron 12 computadoras a la
caravana al cruzar la frontera con México”. Esa misma información afirma
que “en 2005 el Departamento de Comercio confiscó en la frontera 43
cajas de computadoras y equipos para hospitales, devueltas sólo 10 meses
después”.
Semanas atrás EE.UU. multó con más de 1,5 millones de dólares a la empresa Ericsson por reparar equipos de telefonía móvil que prestaban servicio en Cuba y Google cerró su servicio de estadísticas para los usuarios cubanos por orden del gobierno norteamericano. En 2007 gobernaba en Estados Unidos George W. Bush y ahora lo hace Barack Obama.
Los medios nos dicen que Obama flexibilizó el bloqueo porque permitió
las remesas y viajes de los cubanoamericanos a su país de origen que
Bush había prohibido. Que sepamos, ninguno de los dos ha
prohibido informar sobre la confiscación de tecnología con destino a
Cuba, limitada para las escuelas y hospitales cubanos pero ampliamente
financiada -como muestra una reciente carta al Congreso del Departamento de Estado- para la quinta columna de “ciberdisidentes” que EE.UU. alimenta en la Isla.
¿Tendrá que ver este tipo de cobertura
con la percepción estereotipada de que EE.UU. promueve el uso de las
llamadas Tecnologías de la Información y las Comunicaciones y Cuba las
limita?¿Alguien duda que si el gobierno cubano confiscara sólo una tecla
del equipamiento tecnológico que Washington entrega a sus amigos en
Cuba para la desestabilización del país, entonces sí tendríamos noticia?
¿Merecen más atención los bien pagados “ciberdisidentes” cubanos que
los niños y enfermos de la Isla que “Pastores por la paz” trata de
ayudar? ¿A quién sirve un periodismo que silencia lo que afecta a muchos
para amplificar los intereses de una minoría?
“Todo el lado humanista de nuestra
escritura de reporteros radica en el esfuerzo por transmitir la imagen
del mundo auténtica, verdadera, y no una colección de estereotipos. (…)
Mucho me temo, sin embargo, que todo lo que nos rodea, en especial los
medios de comunicación, actúa y avanza en dirección contraria: hace lo
posible por fijarlos”, decía el gran periodista polaco Ryszard Kapuściński. ¿Lo habrán leído los encargados de informar al mundo sobre lo que sucede entre Washington y La Habana? (Publiucado en CubAhora)
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