Texto íntegro de las palabras pronunciadas hoy por Miguel
Díaz-Canel Bermúdez, vicepresidente del Consejo de Ministros, en el
abanderamiento de la delegación cubana que participará en los Juegos
Olímpicos de Londres 2012.
Compañero José Ramón Fernández, presidente del Comité Olímpico Cubano
Compañera Olga Lidia Tapia Iglesias, miembro del secretariado del
Comité Central del Partido Christian Jiménez, presidente del Instituto
de Deporte,
Educación Física y Recreación Glorias deportivas
Queridos y queridas atletas y entrenadores:
Los Juegos Olímpicos de Londres, próximos a su comienzo, provocan en
los seguidores del deporte y en los que forman parte de las multitudes
que claman por los eventos deportivos, pasión, atención y entusiasmo
desenfrenado; los pronósticos de victorias, medallas y records, se nos
hacen cotidianos en estos días, en los cuales también se rememora la
historia de estas competencias de elevado nivel deportivo.
Un protagonista importante de esta olimpiada, la cuarta del presente
siglo es sin duda, la delegación cubana, integrada por atletas de la
totalidad de las provincias y el municipio especial Isla de la Juventud,
surgidos todos del movimiento deportivo revolucionario, fruto del
esfuerzo de nuestro pueblo por mantenerla como una de sus conquistas
sociales más importantes.
Conforman el equipo olímpico 107 atletas y de ello 43 mujeres, los
que competirán en 14 deportes, el promedio de edad es de 25,5 años y el
nivel escolar promedio alcanza el segundo año de estudios
universitarios, elocuente expresión de que no es solo el músculo el que
se cultiva, se cultiva también la inteligencia.
Destaca en la misma la presencia de varios medallistas olímpicos,
mundiales, panamericanos y centroamericanos, combinación de figuras
noveles con otros ya más consagrados; todos hijos de humildes familias,
representantes genuinos de nuestra Revolución y de la patria querida, y
portadores del compromiso de la victoria digna que de ellos espera y
demanda el pueblo cubano.
Por esas razones, el abanderamiento de la delegación cubana a los
Juegos Olímpicos de Londres que hoy realizamos en el Memorial José
Martí, acto patriótico y de significativa relevancia, constituye la
ratificación, una vez más, de la voluntad de la Revolución de hacer del
deporte un derecho del pueblo .
Ambos, el compañero Comandante en Jefe, máximo creador del movimiento
deportivo cubano, y el Presidente y General de Ejército enfrascado en
el empeño de continuar elevando la calidad del mismo con rigor en la
organización y participación en eventos y competiciones con racionalidad
en los gastos al entregar la bandera a delegaciones deportivas en
ocasiones anteriores les han adjudicado la responsabilidad y el
compromiso de honor de los deportistas con el pueblo.
El ciclo olímpico que cierra con la venidera olimpiada ha sido uno de
los más complejos que hemos enfrentado en la historia del deporte revolucionario.
Por una parte, la complicada situación económica de nuestro país y el
impacto de la misma en la actividad deportiva, lo cual se supera con
mayor organización, ahorro, eficiencia y racionalidad en el uso de los
recursos que apoyan el desarrollo del deporte.
Por otra, las condiciones particulares en las que se desarrolla el
deporte mundial, planteando retos y desafíos para el deportista
comprometido cubano.
Hoy, el deporte vive un proceso de mercantilización y de
privatización, para muchos ha dejado de ser un bien social despojándolo
del carácter humanista con que nosotros lo apreciamos, como parte de la
cultura universal y como vehículo de formación integral de valores.
El deporte se ha convertido en mercado y como tal su interés
principal se centra cada día más en la cantidad de dinero que es capaz
de rendir.
En consecuencia, no escapa este deporte a la influencia nefasta del
capital, que con sus males y vicios ha ido conformando un panorama
desalentador que se caracteriza por la venta de eventos, que ya es
escandalosa, acompañada de fenómenos como el fraude, el dopaje, la
corrupción de árbitros y de funcionarios del deporte.
De manera inhumana se someten a elevada sobrecargas a numerosos
deportistas que son tratados como meros mercancías, y los últimos años,
anuncian con frecuencia la muerte de varios atletas en el mundo por esta
causa.
Hacia el sector del deporte cubano se ha orientado la actividad de
subversión ideológica del enemigo, a través de desertores y por otras
vías y métodos, constantemente se incita a la deserción y
desideologización de nuestros deportistas, para que rompan con su pueblo
y la obra que los formó, para despojarnos de nuestros legítimos y
comprometidos resultados, para robarnos el talento de los nuestros.
La victoria en ese enfrentamiento no será otra que las medallas de
dignidad, decoro, valentía y honor que aporte nuestra delegación con su
elevado comportamiento revolucionario, deportivo y ético en los juegos, y
en cada enfrentamiento, en cada logro y frente a cualquier agresión del
enemigo.
Este es el escenario al que acudiremos en Londres. La cuna del
deporte moderno nos depara un desafío no solo en el campo de los records
y las marcas. Enfrentamos el enfoque revolucionario, humanista y
formador del deporte al concepto envilecedor y egoísta promovido por los
mercaderes del deporte mundial. Se trata una vez más de la
globalización de la solidaridad y el crecimiento humano contra la
globalización neoliberal que pretende destruir los valores del deporte y
los valores del deporte revolucionario
cubano.
cubano.
El deporte cubano es una conquista de la Revolución y uno de sus
grandes e innegables logros. El deporte cubano es un derecho del pueblo y
tiene un enorme prestigio mundial, por lo tanto, aunque el desafío en
Londres será muy complejo y duro, nosotros tenemos que dar una respuesta
contundente y tenemos que lograr una actuación deportiva y patriótica a
la altura de lo fundado.
En este acto de abanderamiento se resume un largo proceso de años
de preparación, entrenamiento, estudio por parte de los atletas y
técnicos, no solo en las disciplinas deportivas de cada uno, sino
también en la forja de un espíritu colectivo de patriotismo
revolucionario, sustentado en el sentimiento de un pueblo que tiene al
deporte y a sus deportistas como genuinos baluartes de la Revolución.
Si importante es el resultado deportivo que sea capaz de alcanzar
cada uno de ustedes, más importante resulta que sea fruto del juego
limpio y expresión de la convicción de no darse por vencido jamás.
Esta delegación va a Londres con un doble compromiso, el de competir y
dar el mayor esfuerzo para mantener los resultados deportivos
alcanzados por Cuba en estos 54 años de Revolución y el compromiso con
la patria y con el pueblo, con este pueblo que ha desarrollado la
capacidad de resistir casi medio siglo de bloqueo y privaciones de todo
tipo, vencer y seguir construyendo su destino revolucionario.
Eso es lo que todos esperamos de ustedes. La decisión de vencer y la
convicción del honor de ser un atleta revolucionario cubano.
En un momento como este, viene a nuestra memoria y recuerdo el
ejemplo de Teófilo Stevenson, grande entre los grandes, gloria del
deporte cubano a quien recientemente perdimos físicamente, pero que
siempre será un paradigma del verdadero deportista comprometido con su
pueblo y su Revolución y no con el dinero.
Inspírense en él, conquisten victorias, realicen hazañas, derroten
la adversidad, hagan posible lo que parezca imposible y hagan vibrar de
orgullo y emoción a nuestros compatriotas, que los aprecian
infinitamente y les estarán permanentemente acompañando y apoyando en
cada empeño, en cada evento, en cada competencia, en cada lid y que
sentirán infinito orgullo cada vez que se ice nuestra bandera y se
alcance el podio olímpico en la capital británica.
Adelante, a competir con el coraje y el patriotismo con que nuestros
deportistas han inscrito en la historia de los juegos las proezas del deporte revolucionario cubano.
A todos les deseamos el mayor de los éxitos.
Por la Revolución cubana, por la Patria, por nuestro pueblo, por el
socialismo, por Fidel y Raúl: A Londres con la dignidad, el honor y el
coraje de los cubanos .
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