El 17 de julio de 2011 el diario madrileño El País indicaba a los políticos españoles, con un editorial titulado “Fin de ciclo”, que era hora de deshacerse de José Luis Rodríguez Zapatero. “Debe abandonar el poder cuanto antes”, ordenaba el periódico del Grupo PRISAacerca
del jefe del gobierno ibérico. Se abría así el espacio para que la
derecha asumida como tal sustituyera a la que se hace pasar por
izquierda y se pudiera imponer de manera más rápida -en medio de la
crisis económica- la protección de los intereses que El País representa.
Pero he aquí que quienes mueven los hilos tras El País no sólo pretenden dar órdenes en España. Molestos porque cada vez les hacen menos caso en América Latina, a pesar de sus alianzas con medios como Clarín y El Nuevo Herald,
y sus ataques a los procesos de cambio en el continente no logran la
influencia deseada, a los directivos de PRISA ya no les basta con
pretender influir en los gobiernos del subcontinente sino también
aspiran a hacerlo en los partidos y las candidaturas que estos llevan a
las elecciones.
Así le han dedicado un editorial al candidato del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Andrés Manuel López Obrador, tras el controvertido proceso electoral en México, para ordenar al PRD que cambie de candidato. “Obrador es un lastre. En su propio partido, el PRD,
hay dirigentes —Marcelo Ebrard, jefe del Gobierno del Distrito Federal,
o su sucesor, Miguel Ángel Mancera, entre otros—, pragmáticos y
dialogantes, que no suscitan el rechazo de los electores y están en
mucha mayor sintonía con las realidades del México de hoy”, han dicho.
Insólito, no sólo han descalificado al candidato que una organización
política de un país de otro continente decidió escoger, sino han
indicado cuáles son los líderes que a su juicio sus militantes deben
elegir.
La respuesta de López Obrador desde su cuenta en la red social Twitter fue contundente: ”A El País,
dejen la manía de hacer periodismo colonizante. Mejor hagan la
autocrítica por su responsabilidad en el desastre de España”. Así el
político mexicano recordaba cómo en el período anterior al estallido de
la crisis en Europa los de PRISA pintaban el mejor de los mundos
posibles y demonizaban las estrategias económicas de algunos países
latinoamericanos, que ahora han resultado mucho menos afectados gracias a
haberse apartado del dogma neoliberal que abrazaron los oligarcas de
Madrid.
Tal vez por eso, a la más reciente Cumbre Iberoamericana, evento concebido para que los gobiernos electos por El País influyan en sus pares del continente, faltaron la mitad de los mandatarios y es muy probable que a la próxima asistan todavía menos.
No caben dudas, el lastre es El País, y al menos en América Latina son cada vez más los que se percatan de ello. Ya lo decía meses atrás el diario mexicano La Jornada al
calificarlo como “el diario que representa fielmente el espíritu
periodístico al servicio de los negocios”, un espíritu que -como vemos
por estos días en España- antepone el dinero a la democracia. (Publicado
en CubAhora)
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