Por Manuel E. Yepe*
Me decía un ciudadano norteamericano
simpatizante de la revolución cubana de visita en La Habana que él tenía la
impresión de que los cubanos estaban engañando al mundo fingiendo, con algunas
de las reformas que se estaban adoptando, un giro hacia el capitalismo cuando en
verdad lo que se proponen es seguir avanzando hacia el
socialismo.
Le aclaré que el Presidente
cubano Raúl Castro ha declarado reiteradamente que “todo cuanto hacemos va
dirigido a la preservación y desarrollo en Cuba de una sociedad socialista
sustentable y próspera". Las campañas contra Cuba que promueve Washington son
las que utilizan el sofisma de que la Isla gira al capitalismo para sustentar su
reclamo de que el socialismo ha fracasado.
Es obvio que las profundas
transformaciones están teniendo lugar en Cuba en forma de reajuste del sistema
económico que se ha construido desde 1959, se orientan, en mayor o menor medida,
a aprovechar ciertos estímulos propios del mercado.
Si se examinan los importantes
cambios que han tenido lugar en Cuba durante el año que recién despedimos
-resultantes todos de la ejecución del programa de actualización del modelo
económico del presidente Raúl Castro- puede apreciarse la gran trascendencia de
éstos que la gran prensa corporativa global esconde o
manipula.
Basta pasar revista a las
transformaciones que han tenido lugar en el año que recién despedimos
-resultantes de la ejecución del programa de actualización del modelo económico
del presidente Raúl Castro- para apreciar que el carácter de los cambios es
consecuente con las declaraciones públicas de los dirigentes cubanos y bien
distante de las especulaciones de un inadmisible retroceso al
capitalismo.
En enero de 2012 se efectuó la
Conferencia del Partido Comunista de Cuba convocada en abril del año anterior
por el VI Congreso del PCC en la que se aprobaron los lineamientos generales de
acción para guiar las reformas económicas y sociales que lleva a cabo el
país.
En ese mismo mes se amplió la
posibilidad de arriendo de locales estatales a trabajadores privados, según se
ha estado experimentado en pequeñas barberías y peluquerías. También se
flexibilizaron las regulaciones para ejercer los oficios susceptibles de
desempeño por cuenta propia.
En julio, la Asamblea Nacional
aprobó una nueva Ley Tributaria en virtud de la cual sistema tributario ahora
incluye impuestos sobre la renta, las ventas y los servicios, la contratación de
fuerza de trabajo y la contribución obligatoria a la seguridad
social.
En septiembre, se aprobaron
importantes medidas que amplían la autonomía de gestión y control a las Unidades
Básicas de Producción Cooperativa (UBPC) dejando a las empresas estatales a las
que están vinculadas únicamente la fiscalización de las normas técnicas en la
producción contratada.
En octubre se aprobó un Decreto
Ley que fijó las reglas para la entrega en usufructo de tierras estatales
ociosas a campesinos privados y autorizó la construcción en esas fincas de
viviendas familiares y otras obras útiles para la adecuada atención y protección
de los animales y las plantaciones.
El nuevo decreto amplía
significativamente el área concedida a usufructuarios particulares, así como el
término de tiempo aplicable a este acto jurídico. Más de 170 mil personas se han
beneficiado con estas entregas de tierra.
También en octubre, se
anunciaron nuevas regulaciones migratorias que suprimieron restricciones y
simplificaron trámites, lo que está llamado a contribuir a que Cuba pueda seguir
practicando una política favorable a una emigración legal, ordenada y segura no
obstante la hostilidad del vecino poderoso.
Otra decisión de gran alcance
ha sido la apertura a la inversión extranjera de la industria azucarera,
privilegiando aquellas que aporten al país capital, tecnología y mercado para
las producciones que se realicen.
En el último mes del año se
inició, experimentalmente, el traspaso de pequeñas cafeterías y restaurantes
estatales donde laboran hasta cinco personas a un nuevo modelo de gestión que
incluye el arrendamiento de esos locales a sus trabajadores que los
administran.
Se aprobó igualmente la
creación gradual de cooperativas en los sectores del transporte, la gastronomía,
la pesca, los servicios personales y domésticos, la recuperación de materias
primas, la construcción y la producción de materiales
constructivos.
De la misma manera que las
economías capitalistas acuden al Estado ante dificultades que el mercado no
puede resolver, una economía centralizada como la de Cuba debe acudir sin
temores a tomar prestados mecanismos de mercado que le sean útiles para
consolidar su rumbo.
Las que Cuba viene haciendo son
transformaciones notables que, sin embargo, nada tienen que ver con un cambio de
brújula y, mucho menos con el regreso a un sistema injusto, ya sufrido y
repudiado.
*Manuel E. Yepe periodista cubano especialista en
política internacional..
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