Por Lic. Juan Alfonso Fernández González
El pasado viernes finalizó en Dubái,
Emiratos Árabes Unidos, la Conferencia Mundial de Telecomunicaciones
Internacionales con la aprobación del nuevo Reglamento de las Telecomunicaciones Internacionales [1].
Y rápidamente, numerosos medios de todo el mundo, que antes se
hicieron eco de la campaña de prensa en contra el evento, se apresuraron
a señalar los ganadores y los perdedores de la conferencia, como si los
eventos mundiales fuesen un partido de fútbol.
Deberá pasar cierto tiempo antes de poder valorar con precisión el
impacto que los resultados de este evento tendrán para el sector de las
telecomunicaciones e internet. Sin embargo se puede asegurar que todos los actores participantes ganaron en un sentido y perdieron en otro.
La Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT)
Fue la organizadora de la conferencia. Es necesario recordar que,
como agencia del sistema de las Naciones Unidas, la UIT representa los
intereses de los Estados Miembros, o sea, no tiene una “agenda” propia
como han señalado muchos medios.
La UIT cumplió con su mandato de negociar la revisión al Reglamento
de las Telecomunicaciones Internacionales (RTI) y en ese sentido se
puede decir que ganó.
Sin embargo, no logró la aprobación del Reglamento por consenso, sino que el mismo tuvo que ser sometido a votación.
De los 144 Estados Miembros presentes, 89 firmaron las Actas Finales,
23 declararon que no las firmarían, mientras que los restantes 31
adujeron que debían consultar con sus capitales. Se puede esperar que
muchos de estos países las firmen ya que tienen hasta el 2015 para ello.
Esta ruptura con el método del consenso para la adopción de
documentos puede considerase una derrota para la UIT, la que podrá
enfrentar una pérdida de influencia en aquellos países que no votaron a
favor del reglamento.
Los países que firmaron el Reglamento
Este bloque de países subdesarrollados más Rusia y China pueden
considerarse ganadores en el sentido que lograron la aprobación del
Reglamento.
Sin embargo, hicieron tantas concesiones al bloque formado por
Estados Unidos y sus aliados durante las negociaciones del texto del
documento, que la aprobación de un Reglamento tan “aguado”, también
puede considerarse como una derrota.
Los países que declararon que no firmarían el documento
Este bloque formado por los Estados Unidos y otros 23 países,
fundamentalmente de Europa, aparentemente son perdedores porque se
negaron a firmar un documento que de todas maneras fue aprobado.
Los Estados Unidos y sus aliados presionaron y lograron que la
palabra internet no apareciera en ninguna de 15 páginas del nuevo
Reglamento de las Telecomunicaciones Internacionales y sus anexos.
Pero como era inconcebible no mencionar a internet en un evento de
telecomunicaciones del siglo XI, se adoptó la formula de añadir al
reglamento, que es un tratado vinculante, 5 resoluciones no vinculantes,
una de ellas sobre internet.
¡Y aún así el documento final fue rechazado por los Estados Unidos y sus aliados!
Parece ser que nunca tuvieron la intención real de firmar el nuevo
Reglamento de las Telecomunicaciones Internacionales a pesar que se les
hicieron prácticamente todas las concesiones que exigieron.
La verdadera intención, consecuente con las concepciones del
neoliberalismo, es no sólo rechazar abiertamente cualquier intento de
regular a internet, sino además impugnar el Reglamento de las
Telecomunicaciones Internacionales para empezar la erosión de su marco
regulatorio. En este sentido ganaron.
¿Qué viene después de la Conferencia Mundial de Telecomunicaciones Internacionales?
El próximo año será decisivo en la lucha entre los que desean la
democratización de la gobernanza internacional de internet y los que
pretenden sellar su destino de privatización y control por los países
ricos y las grandes empresas.
Este debate no es nuevo y está pendiente desde la segunda fase de la
Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información celebrada en Túnez en
el 2005, donde se acordó que “todos los gobiernos deberían tener un igual cometido y responsabilidad para la gobernanza de Internet…” para seguir con que:
“será necesaria una mayor cooperación que permita a las
administraciones públicas cumplir en igualdad de condiciones su misión y
responsabilidades” [2]
En estos 7 años los países desarrollados, encabezados por los EE.UU.
han logrado aplazar la realización de este mandato de la Cumbre Mundial
sobre la Sociedad de la Información.
Mientras tanto, el gobierno estadounidense se ha negado a
democratizar la supervisión de los recursos críticos de internet como
los sistemas de servidores raíz y de nombres de dominios, los cuales
controla. Al mismo tiempo que desdeña las preocupaciones de seguridad
expresadas por otros países por tal inaceptable unilateralismo.
Además, en consonancia con sus esfuerzos para socavar los marcos
multilaterales de las Naciones Unidas, acusa a la ONU y a los países en
desarrollo como interesados en ‘controlar internet’ y bajo este pretexto
presentarse como defensores de la “libertad” de internet.
Sin embargo, sus propias acciones han puesto al desnudo la hipocresía de este proceder:
- Los intentos de imponer las leyes Contra la Piratería En-línea
(SOPA) y de Protección de las Direcciones IP (PIPA) y el Acuerdo
Comercial Anti-Falsificación (ACTA) como nuevos instrumentos de
aplicación extraterritorial para la protección de la propiedad
intelectual eludiendo a la Organización Mundial de la
Propiedad Intelectual (OMPI), el organismo especializado de las Naciones Unidas. - La decisión unilateral de cerrar sitios web que considera contrario a sus intereses y a los de las grandes empresas, como por ejemplo, Wikileaks y Megaupload.
Esta situación ha conducido a que un número creciente de países
retomen el mandato de la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la
Información y exijan su cumplimiento. Ejemplos de ello son:
- La resolución sobre “Las tecnologías de la información y las comunicaciones para el desarrollo” que adoptó la Asamblea General de las Naciones Unidas en su sexagésimo sexto período de sesiones en el 2011.
- La propuesta de la India al sexagésimo sexto período de sesiones de Asamblea General de las Naciones Unidas sobre la creación de un comité dentro de la ONU, (el “United Nations Committee for Internet-Related Policies - CIRP)”, formado por 50 estados miembros electivos para, entre otros objetivos: “garantizar que internet no sea gobernada unilateralmente”.
- El Proyecto de resolución presentado el pasado 10 de diciembre del 2012 por el Vicepresidente de la Segunda Comisión de la Asamblea General de las Naciones Unidas para que finalmente se discuta este tema en la Comisión de Ciencia y Tecnología para el Desarrollo, órgano encargado del seguimiento de los resultados de la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información.
El principal resultado de la Conferencia Mundial de Telecomunicaciones Internacionales
Al finalizar el evento en Dubái el Secretario General de la UIT expresó en una declaración: “…
esta conferencia ha logrado algo extremadamente importante. Ha tenido
éxito en atraer una atención pública sin precedentes a los diferentes
puntos de vista que rigen las comunicaciones mundiales”.
Si los ecos de esta conferencia logra reactivar la lucha para que
internet sea gobernada democráticamente, con la participación
igualitaria de todas las personas, grupos y países y con sistemas de
gestión abiertos, transparentes e inclusivos, entonces, en efecto, ello
sería el resultado más relevante de la Conferencia Mundial de
Telecomunicaciones Internacionales.
Referencias:
[1] ACTAS FINALES de la Conferencia Mundial de Telecomunicaciones Internacionales, www.itu.int/en/wcit-12/Documents/final-acts-wcit-12-es.pdf
[2] Párrafos 68 y 69 de la Agenda de Túnez para la Sociedad de la Información, www.itu.int/wsis/docs2/tunis/off/6rev1-es.html
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