Saúl Landau
viajó a Cuba por primera vez en la primavera de 1960 y aquí estuvo
hasta entrado el otoño. Luego ha seguido viniendo a Cuba… y helo
aquí una vez más.
Lo conocí en ese período inicial de la revolución cubana como el
más brillante entre los muchos jóvenes estadounidenses que se
movilizaban para apoyar a la revolución cubana
frente a la hostilidad de su propio gobierno y se identificaban con los
jóvenes dirigentes cubanos. En mi recuerdo, relaciono a Saúl con la
casa editora Monthly Review, de Nueva York, con la que se vinculaban
muchos jóvenes intelectuales marxistas estadounidenses de la época.
Por aquellos días de 1960 y1961, Saúl Landau ya se había graduado
de Historia en 1957 y, en 1959, había comenzado su Maestría en la
Universidad de Wisconsin-Madison, identificada entonces como una de las
tres con estudiantado más radical en Estados Unidos. Allí proyectaba su
activismo político como editor de la publicación Studies on the Left de
la cual había sido cofundador.
Saúl no había podido conocer a Fidel
en persona, según eran sus deseos, durante esas dos visitas, aunque
pudo verlo y escuchar sus discursos varias veces en las plazas donde los
pronunciaba.
Cuando el destacadísimo sociólogo estadounidense Charles Wright Mills
vino a Cuba en 1960 (en su primer y único viaje a nuestro país) tuve
la responsabilidad - como Director de Protocolo en nuestro Ministerio
de Relaciones Exteriores - de organizar su reunión con el entonces
primer ministro Fidel Castro, que tuvo lugar en el hotel La Ermita en el
Valle de Viñales, de la provincia de Pinar del Río, a donde lo conduje.
Menciono esto porque fue durante esa estancia de C. Wright Mills en
Cuba que él y Saúl Landau se conocieron personalmente, aunque ya ambos
eran activos miembros del Comité de Trato Justo para Cuba (Fair Play for
Cuba o FPCC).
Pronto Saúl se convirtió en el asistente de C. Wright Mills para
las investigaciones y fue, a mi juicio, una de las personas que más
contribuyó a la radicalización del pensamiento de este sabio.
El primer interlocutor de alto nivel que tuvo Saúl en Cuba fue el
comandante médico del Ejército Rebelde, René Vallejo, entonces al frente
del Instituto Nacional de la Reforma Agraria (INRA) en la antigua
provincia de Oriente.
Fue por su intermedio que llegó a conocer personalmente al Comandante
en Jefe de la revolución en 1968, cuando ya había realizado un
documental para la Televisión Pública de Estados Unidos, titulado Report
from Cuba.
De esta relación directa con el líder de la revolución cubana surgió
en 1968, el documental “Fidel” que también exhibió la televisión
pública estadounidense.
Junto al fotógrafo y activista revolucionario Lee Lockwood, autor
en 1965 de un excelente libro gráfico sobre Fidel, Saúl participó en
la fundación de un Centro en Nueva York cuyo objetivo sería ofrecer
cultura e información de la realidad de Cuba, tan distorsionada ya por
la propaganda de los medios corporativos de información. Saúl y Lockwood
pidieron a Sandra Levinson que dirigiera ese Centro de Estudios Cubanos
(Center for Cuban Studies) que aún conduce.
Por su notoria solidaridad con la revolución cubana, Saúl ha
sufrido múltiples vejámenes en su país. Cuando regresaba de Cuba en
1967, por ejemplo, fue sometido por el FBI a detención e interrogatorio
durante varias horas en el aeropuerto de Los Ángeles y, cuatro décadas
más tarde, en 2009, sufrió un similar arresto en el aeropuerto de Miami.
Cuatro décadas después de su primer encuentro con Fidel, en 1968,
Saúl Landau tuvo nuevamente el privilegio de reunirse con el líder
revolucionario cubano en septiembre del 2009, esta vez junto con Harry
Belafonte, Danny Glover y James Early.
Con Danny Glover, Saúl ha visitado en varias ocasiones a Gerardo
Hernandez Nordelo, en la cárcel de alta seguridad en que cumple, como
otros cuatro antiterroristas cubanos, cruel e injusta condena.
Saúl Landau es profesor, periodista, politólogo, poeta y cineasta.
Es además, y sobre todo, por su larga historia de intenso activismo
político, lo que los cubanos llamamos “un verdadero revolucionario”.
Saúl Landau ha publicado 14 libros; ha producido y dirigido más de 50
filmes documentales y ha escrito un gran número de crónicas, ensayos,
editoriales y otros artículos incluidos en su blog, así como publicados
en revistas y periódicos impresos y digitales de Estados Unidos, América
Latina y Europa.
Es miembro del Instituto para Estudios de Políticas (Institute for
Policy Studies IPS), de Washington DC.; Miembro fundador y exdirector
del Instituto Transnacional de Amsterdam; Profesor de mérito de la
Universidad Estadual de California, en Pomona, y ha fungido como
profesor visitante en otras varias universidades, incluyendo la American
University, de Washington DC.
Como poeta, Landau publicó el poemario My dad was not Hamlet (Mi
padre no era Hamlet, en español) obra que consta de más de 40 poemas, y
que, traducido al español, fue publicado en Madrid en el 2000.
Como activista abrazó la lucha por los Derechos Civiles en su país
que encabezó Martin Luther King; también lo hizo en lucha contra la
guerra de agresión en Vietnam y se solidarizó con el pueblo chileno
victorioso con Salvador Allende y sufrido bajo la bota de Augusto
Pinochet. No ha habido en el mundo contemporáneo de Landau una
injusticia que no haya condenado ni una causa honorable que no haya
merecido su solidaridad.
Landau ha donado la documentación y los filmes que ha realizado al
Centro de Investigaciones sobre Cinematografía y Teatro (Center for Film
and Theater Research) de la Universidad de Wisconsin, en Madison, de
la que es graduado.
Saul Landau ha merecido muchos importantes premios entre los que el
tiempo solo me permite mencionar el premio Emmy por su film Paul Jacobs y
su pandilla Nuclear (Paul Jacobs and the Nuclear Gang) producida
conjuntamente con el realizador Haskell Wexler, en 1980; el premio Edgar
Allan Poe de 1981 por “Asesinato en Embassy Row” (Assassination on
Embassy Row) con John Dinges; el premio Pantheon 1980, también por la
película sobre el asesinato de Orlando Letelier y su colega y amiga
Ronnie Karpen-Moffitt. Recibió además el premio Letelier-Moffitt por los
Derechos Humanos por su contribución de toda la vida a la defensa de
los derechos humanos, así como el premio Bernardo O´Higgins por el mismo
motivo.
Toda la obra de Saul Landau se caracteriza por su profundidad y por
su ingeniosidad; la originalidad de sus enfoques sorprende hasta a sus
más asiduos seguidores. Por eso, no es sorprendente que el genial
escritor, historiador y novelista estadounidense Gore Vidal haya confesado que “Saul Landau es un hombre de quien me encanta robar ideas (is a man I love to steal ideas from)”.
El documental que hoy veremos y debatiremos es otra muestra de la
militancia revolucionaria y la categoría artística de Saúl Landau. ”Que
por favor responda el verdadero terrorista” (Will the Real
Terrorist Please Stand Up?) es un grito de rebeldía contra la injusticia
que desnuda al imperio y sus hipócritas simulaciones acerca de los
derechos humanos.
(Presentación en el XI Taller “Cuba en la política exterior
de Estados Unidos”, organizado por el Instituto Superior Raúl Roa de
Relaciones Internacionales, el 17 de diciembre de 2012).
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