El gobierno de Estados Unidos intensificó en los últimos 12 meses su histórica política de hostilidad y aislacionismo contra Cuba, confirmada a través de castigos a empresas extranjeras y restricciones adicionales para el sector turístico hacia la Isla.
La administración del presidente demócrata Barack Obama,
que en el 2011 había dado discretos pasos hacia la flexibilización en
cuanto a viajes a la nación antillana, mantuvo no obstante el núcleo de
las estrategias agresivas por medio de normativas del Departamento del
Tesoro.
El más reciente de esos decretos emitidos por la Oficina de Control de Bienes Extranjeros (OFAC, siglas en inglés),
adscrita al Tesoro, fue una exagerada multa de 875 millones de dólares
contra el conglomerado bancario HSBC, entidad que supuestamente violó
reglas del bloqueo contra Cuba.
Es la mayor sanción monetaria impuesta por Washington a un banco por
presunta violación de leyes comerciales a través de terceros países.
Superó una penalidad anterior de 619 millones de dólares aplicada en
junio último al grupo ING Bank, con sede en Holanda.
Estados Unidos mantiene hace 50 años un cerco económico, comercial y
financiero contra Cuba que ha costado a la Isla, hasta diciembre de 2011
y considerando la depreciación del dólar frente al valor del oro en el
mercado internacional, un billón 66 mil millones de dólares, y que
constituye una violación de la Carta de Naciones Unidas y de las normas
del Derecho Internacional.
También este año el gobierno norteamericano impuso una multa a la
empresa Great Western Malting, una de las mayores proveedoras de cebada,
por realizar transacciones con La Habana.
A través de un comunicado, la OFAC obligó a la corporación con sede
en el estado de Washington a pagar un millón 348 mil dólares por
permitir la venta del cereal a Cuba entre agosto del 2006 y marzo del
2009.
Igualmente la administración Obama confiscó a Cuba más de 493
millones de dólares desde el 2010 hasta el presente año, como parte de
la política de cerco económico activada hace medio siglo por Washington
contra la nación antillana.
La cifra fue confirmaba en una comunicación publicada en Internet por
la Oficina de Bienes Extranjeros, organismo federal que califica
arbitrariamente a Cuba como “nación patrocinadora del terrorismo.”
Bajo el mismo concepto, Washington ya había congelado 223,7 millones
de dólares a Cuba en el año 2009. El documento indica que las
autoridades norteamericanas mantienen bloqueadas seis propiedades en
Nueva York y Washington, pertenecientes también al Estado Cubano.
Expertos sociólogos, analistas políticos y catedráticos de diferentes
países se reunieron a finales del 2011 en Washington en el contexto de
una Conferencia Internacional y exigieron sacar a Cuba de la
controversial lista de naciones patrocinadoras del terrorismo.
Estados Unidos insertó a la isla caribeña en el polémico listado
desde 1982, a petición del entonces secretario de Estado, Alexander
Haig, y en una resolución que fue certificada por el presidente Ronald
Reagan.
Las organizaciones The Latin America Working Group y The Center for
International Policy fueron los patrocinadores del seminario que contó
con la participación de Wayne Smith, exrepresentante diplomático
norteamericano en Cuba, y Robert Muse, de la firma de abogados Muse and
Associates, entre otros académicos.
Por otro lado, analistas políticos y expertos en el tema Cuba
residentes en Estados Unidos criticaron una amenaza del Departamento del
Tesoro dirigida a instituciones norteamericanas que estarían violando
prohibiciones sobre el turismo hacia la Isla.
Antes la OFAC advirtió sobre tomar represalias ante cualquier intento
por hacer turismo bajo la política establecida por la Casa Blanca.
La amonestación de Washington fue dirigida contra anuncios que
sugieren la opción de que los viajeros tendrán tiempo libre en la Isla
para realizar actividades fuera del programa educacional. Eso es una
impresión incorrecta y puede ser castigada con la suspensión de
licencia, subrayó la OFAC.
Esta advertencia de la administración Obama sobre el carácter no
turístico de las licencias de viaje a Cuba obedece a las presiones
recibidas desde la derecha cubano-americana contra los intercambios
culturales y educativos, opinó el politólogo Arturo López Levy.
Es claro que el mandatario demócrata se estuvo protegiendo contra los
ataques republicanos a la falta de rigor en la aplicación de lo que es
la ley, comentó a Prensa Latina el catedrático vinculado a la
Universidad de Denver.
En enero del 2011 el presidente Obama certificó una relajación
relativa en la prohibición de los contactos con Cuba, y permitió que
compañías aéreas y agencias pudieran organizar viajes a la nación
caribeña, pero solo con fines culturales y educativos.
No obstante, las primeras licencias no fueron otorgadas por la OFAC
hasta seis meses después y al mismo tiempo que la congresista
conservadora Ileana Ros-Lehtinen solicitara al Tesoro medidas
anticubanas más severas en este acápite legislativo.
Ya antes, el 25 de julio último, la OFAC había aclarado que la
flexibilización concedida por Washington acerca de las visitas de
estadounidenses a la nación antillana sería un error interpretarla como
una promoción del turismo.
“Un requisito es que cada viajero debe tener un itinerario completo
de las actividades de intercambio educativo. La publicidad que parece
desviarse de ese requerimiento pudiera ser objeto de verificación”,
advierte el comunicado federal.
El texto enfatizó que la Oficina de Control “no autoriza
transacciones relacionadas con actividades que están principalmente
orientadas al turismo”.
De hecho la intendencia federal amenazó con suspender la licencia de
operadores que anuncien viajes a La Habana con sugerencias incluidas
sobre recorridos turísticos.
RECLAMOS ANTE LA CASA BLANCA
Es tiempo de que Estados Unidos examine y actualice sus políticas
hacia Cuba, porque fallaron las mantenidas por Washington durante los
últimos 49 años, subrayó un renombrado analista político en el norteño
país.
Es hora de que la Casa Blanca olvide los días de la llamada Crisis de
los Misiles (octubre de 1962) cuando Cuba era vista como una posta
amenazante de avanzada de la Unión Soviética, remarcó el editorialista
Mortimer B. Zuckerman citado por The New York Times.
El presidente Raúl Castro ha iniciado cambios favorables para la
Isla, eliminando excesivas regulaciones, fomentando la productividad, y
apuntando hacia un gobierno más pequeño y eficiente, al tiempo que
mantiene los excelentes sistemas de salud y educación públicas, subrayó
Zuckerman.
Por otro lado -agregó- la comunidad cubano-americana radicada en
Estados Unidos ya no es la misma que la de la década del 60 del siglo
pasado. Está compuesta mayormente por jóvenes con una actitud diferente a
la de sus antecesores, y muchos opinan que el bloqueo debe terminar.
El Congreso de Estados Unidos desestimó en diciembre del 2011 una
propuesta legislativa que hubiera flexibilizado el requerimiento de que
Cuba pague en efectivo y por adelantado por sus importaciones desde el
norteño país.
Líderes en el Capitolio, presionados por diputados conservadores de
la comunidad cubanoamericana, acordaron eliminar la iniciativa
presentada por la representante republicana Jo Ann Emerson, que hubiera
facilitado a La Habana la compra de mercancías a Washington. La enmienda
Emerson fue borrada por exigencia de congresistas de extrema derecha
como Ileana Ros-Lehtinen, Mario Díaz-Balart, David Rivera y Marco Rubio.
En otra acción hostil de este grupo, presentaron además una
iniciativa para gravar con el 10 por ciento a las empresas
norteamericanas que mantienen una relación con Cuba.
Los mencionados legisladores y los abogados Mauricio Tamargo y Jason
Pobrete sugirieron una norma que obligaría a pagar una llamada “cuota de
usuario” a las empresas -agrícolas, telefónicas, de remesas y viajes-
que realicen operaciones con el país caribeño.
Tamargo, un exfuncionario del Departamento de Justicia durante la
administración de George W. Bush, propuso que el dinero recaudado se
destinara a cubrir demandas presentadas por personas que alegan haber
sido afectadas por nacionalizaciones del gobierno cubano.
También este año otro columnista del The New York Times, Jonathan M.
Hansen, recomendó a la Oficina Oval devolver a la nación caribeña el
territorio de Guantánamo, arbitrariamente ocupado por Estados Unidos
desde junio de 1901.
El legítimo debate de si se cierra o no la prisión militar de
Guantánamo -en el extremo este de Cuba- ha oscurecido una cuestión aún
más importante: el enclave imperialista mantenido en esa porción de la
Isla, acentuó Hansen.
Las circunstancias y razones por las cuales Washington llegó a ocupar
Guantánamo han quedado sepultadas en el pasado, y la acción presente
solo sirve para recordar el mundo la historia de intervencionismo
militar del Pentágono y enturbiar las relaciones bilaterales, indicó el
historiador de la Universidad de Harvard.
En opinión del analista, Obama debería sopesar toda esta historia e
iniciar un proceso oficial para retornar el territorio de Guantánamo a
sus verdaderos dueños. Así el Jefe de Estado enviaría un excelente
mensaje acerca de que la integridad y la rectificación no son sinónimos
de debilidad, señaló.
Autoridades gubernamentales cubanas han ratificado la disposición de
La Habana a implementar un diálogo político con Estados Unidos sobre la
base del respeto recíproco, y a pesar del mantenimiento por parte de
Washington de un férreo bloqueo con medio siglo de vigencia en contra de
la Isla.
“Cuba reafirma su posición a sostener un diálogo respetuoso con
Estados Unidos para resolver problemas pendientes (…) nuestros únicos
requisitos son que éste debe desarrollarse sobre la base de la
reciprocidad e igualdad”, declaró la directora del Departamento
Norteamérica del Ministerio de Relaciones Exteriores (MinRex), Josefina
Vidal.
Naciones Unidas aprobó en noviembre una nueva resolución -la número
21 en igual cantidad de años consecutivos- en demanda del levantamiento
del bloqueo impuesto por Estados Unidos contra Cuba.
El reclamo fue certificado por la inmensa mayoría de la Asamblea
General, integrada por los 193 miembros de la organización mundial y
presidida en su actual período ordinario por el excanciller serbio Vuk
Jeremić.
Estas votaciones comenzaron en noviembre de 1992 cuando la sesión
ordinaria 47 de la Asamblea aprobó por 59 sufragios a favor, tres en
contra y 71 abstenciones la primera resolución en ese sentido.
El bloqueo fue impuesto de manera oficial en febrero de 1962, bajo la
administración del presidente John F. Kennedy, pero ya el gobierno
estadounidense había impuesto sanciones desde 1959, año del triunfo de
la Revolución Cubana liderada por Fidel Castro.
(Con información de Prensa Latina)
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