Armando Johnson, mentor del equipo pinero desde
1997, afirma que la preparación previa al campeonato
está dando frutos.
Por Roberto Díaz Martorell
Foto: Ana Esther Zulueta Avilés
- Los actuales resultados de la Isla se sustentan en el trabajo colectivo, integralidad e intencionalidad de la preparación previa a la LII Serie Nacional
Armando Johnson, al frente del conjunto pinero desde 1997, dialogó con JR para socializar las causas del impresionante paso de sus muchachos, quienes, tras concluir el primer tercio de la LII Serie Nacional, comparten la cima con los «Indios» guantanameros.
—¿El excelente paso del equipo es por inspiración, suerte o preparación?
—Mucha preparación enfocada en resolver lagunas anteriores, tanto en lo técnico como en lo táctico. En series anteriores no realizábamos juegos precompetencia y eso aumentaba la incertidumbre, porque conocíamos al contrario en el momento del partido; este año aumentamos los topes al participar en la Copa José Joaquín Pando in Memóriam en Pinar del Río, jugamos contra Mayabeque y en la ya tradicional Antillana de Acero, donde confrontamos equipos del primer nivel en una competencia muy seria.
—¿Cuál es el secreto de esos resultados en una serie tan corta?
—Bajar la carga física y poner mayor énfasis en lo táctico; los muchachos son muy jóvenes y necesitaban acercarse más al sistema y estrategia de juego, desarrollar «oficio» y trabajar por tareas definidas, según las diferentes situaciones que se pueden presentar en un partido. Como la serie es solo de 45 juegos, no se necesita tanta carga física, además la juventud de estos muchachos es ya un privilegio, solo faltaba afinar conductas dentro del terreno para limar las asperezas tácticas que dieron al traste con los buenos resultados en la temporada anterior, y en eso trabajamos muy fuerte y seguido.
—Muchos comparan hoy este equipo con el de 1999. ¿Qué ve Johnson en común entre ambas escuadras?
—El equipo del 99 que subió al tercer lugar del podio tenía atletas consolidados y con resultados a nivel nacional, lo que hace más impresionante los resultados de este, en el que la mayoría tiene apenas una serie como experiencia; no se caracteriza por ser muy ofensivo como aquel, además, hoy tenemos una fortaleza al contar con un pitcheo mejorado, joven y talentoso, demostrado a lo largo de este primer tercio de temporada, y logramos consolidar la defensiva al punto de estar al frente de ese departamento. Si tienen algo en común es el deseo de jugar béisbol, ganar y dar un buen espectáculo al pueblo.
—¿Se prepararon a puertas cerradas o recibieron apoyo?
—La preparación fue integral. La Universidad siempre ha estado unida al equipo, recibimos mucho apoyo, tanto en la preparación individual en el caso de Michel y otros atletas, como en la colectiva, aportando ideas, espacios y formas novedosas con basamento científico en pos de soluciones a problemas técnicos-tácticos del equipo. Esas relaciones nos han convertido en un colectivo con mucha cohesión, mejor preparado para asumir la dirección, colegiar estrategias y tomar decisiones acertadas. El Inder dedica todo su arsenal técnico al desarrollo del béisbol, y también contamos con un total respaldo de las autoridades locales.
—¿Cómo logra combinar el staff de lanzadores jóvenes y veteranos para aportar a los resultados?
—Conocemos cuáles son las deficiencias individuales y se trabajó en ese sentido desde el primer día. Apostamos por lograr que el control fuera la prioridad y no la velocidad, además de un manejo adecuado de los pitchers en aras de combinar la experiencia con la juventud, para lograr el efecto que deseamos y poder ser consecuentes con el compromiso de pasar a la segunda fase de la actual serie.
—¿En quién o quiénes se apoya la dirección del equipo para proyectar la estrategia del juego?
—Aunque todos somos la Isla de la Juventud y trabajamos para un resultado colectivo con un fin común, contamos con la experiencia, talento e inspiración de consagrados como Wilber Pérez, hoy líder en ganados; Luis Felipe Rivera, Dainier Gálvez y Michel Enríquez, quien además de ser la «bujía» del equipo, lo aprovechamos también en todo su potencial cognitivo dentro del terreno, casi como un entrenador más, y eso ayuda a minimizar errores mentales.
—¿Consideras al equipo La Isla como una revelación sorpresa?
—Tal vez para los que no confiaron, pero para nosotros, que estuvimos día a día en los entrenamientos y vimos crecer a estos muchachos desde el punto de vista técnico-táctico y emocional, sabemos que el lugar que ocupamos hoy y los resultados individuales son consecuencia de un trabajo colectivo, intencionado y profesional. No nos dormimos en los laureles y seguimos trabajando para lograr la meta de clasificar a la segunda fase.
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