Puede que nunca sepamos cómo murió
Tutankamón,
pero parece que ya sabemos de qué falleció Ramsés III, y no fue
precisamente de muerte natural: le rebanaron la garganta. Una nueva
investigación sobre la momia del rey, una de las más queridas por los
aficionados a la egiptología, ya que tuvo el privilegio de ser la que
inspiró la caracterización de Boris Karloff y Lon Chaney Jr. en la serie
de películas clásicas de terror iniciada con La momia (1932), ha
concluido que el notable faraón de la XX dinastía fue brutalmente
asesinado.
En una carambola digna del CSI (sección tebana) o Mentes criminales,
los científicos afirman haber dado, apenas 3.000 años después del
crimen, con el asesino del faraón (o al menos uno de ellos). Fue otra
momia, esta realmente espantosa, no en balde se la conoce como la Momia
Aullante, por su atormentada expresión. En esa segunda momia, los
estudiosos identifican al príncipe Pentaura, hijo de Ramsés III, que fue
uno de los principales implicados en el conocido complot palaciego para
matar a su padre bautizado como la Conjura del Harén, y al que, según
las fuentes, se le obligó a suicidarse, posiblemente por estrangulación.
Y luego dicen que la historia antigua no es interesante…